La carta antigua

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  − Para la NEA − Dijo la periodista abriéndose paso en aquel mar de micrófonos.− ¿Podría explicarnos brevemente como llegó a ser quién es? ¿Cree usted que este descubrimiento histórico es fruto de la casualidad o siempre tuvo perfectamente clara someta?− Ni una cosa ni la otra − respondió sonriendo, y se detuvo para explicar sus palabras−. Cuando era más joven que ahora, intenté dedicarme a la medicina, pero mis ingresos para costearme la universidad eran muy escasos y tuve que desistir. "Será el destino" pensé, y empecé a estudiar un curso de nuevas tecnologías que era mucho más barato. Decidí después, trabajar en una biblioteca pública. Preparé las pruebas de acceso con entrega, pero el día del examen me quedé cinco horas atrapado en un ascensor y no pude realizarlo. "El azar no ha querido que sea bibliotecario". Desesperado, busqué trabajo por todas partes y encontré una oportunidad en Nueva Zelanda, aquí en Auckland, y aquí sigo entre sus plateados edificios después de tantos años. Al llegar, intenté estudiar derecho, pero como trabajaba en una empresa de tecnologías me vi forzado a estudiar ingeniería y telecomunicaciones para mantener mi puesto. "Otra vez el destino no me permite realizar mis sueños" me dije a mi mismo y me resigné a ver alejarse mis deseos. Pasado un tiempo, por fin comencé algo que yo había decidido: elegí biología... pero apoco de empezar tuve que abandonar. Me encomendaron un proyecto en el que, debería crear el telescopio con la lente más potente jamás conocida, a la vez que completaba mis estudios en astronomía. "De nuevo la casualidad desvía el camino de mis sueños" Y esas palabras alimentaron mi frustración y tristeza durante bastante tiempo. Todo lo que ocurrió después fue extraño y maravilloso. Comencé a trabajar en aquel proyecto y el telescopio estaba casi terminado, cuando una noche, probando las lentes del aparato, descubrí un planeta no registrado hasta la fecha. Pensé en mandar una señal a ese planeta, pero no existía un transmisor tan potente. Gracias a mis conocimientos, creé el aparato necesario para mandar esa señal atan titánica distancia y mi mayor sorpresa se produjo, cuando una noche, recibí contestación. Aún recuerdo aquel día, pues casi muero del susto. ¡Había entablado contacto con vida de otro planeta! Las comunicaciones continuaron durante largo tiempo en una de esas conversaciones, tomé la decisión de proponer a esas formas de vida buenos visitaran para conocernos. Aquel día aceptaron la invitación y hoy nos encontramos aquí, después de que llegaran hace una semana. Es un día verdaderamente único e histórico, pues como presente nos han transmitido sus conocimientos y avances, y ahora tenemos los medios para hacer desaparecer el hambre y las enfermedades de nuestro mundo. Cuando todo esto ocurrió, mi madre me mandó por correo esta carta que tienen ustedes delante, y que yo ya no recordaba. La escribí con cinco años y se trataba de un juego. Mi madre me propuso que escribiera en un papel, una lista con las cosas que mecharían feliz en la vida. Yo no sabía entonces que era la vida, o a lo mejor sí, pero esto fuero que escribí: "Quiero vivir en una isla muy, muy grande, y que sea verde y azul. ¡Ah! Y que tenga árboles de plata gigantes. Quiero que mis ojos vean más lejos que los de las águilas. Quiero gritar tan fuerte que me escuchen en otros planetas. Quiero tener amigos de muchas formas y colores y, Quiero que no haya enfermedades ni hambre."¡¡¡...El azar solo es el camino que nuestra mente nos hace recorrer, hasta alcanzar nuestros sueños más verdaderos y profundos...!!!

Cuentos para calentar el alma o el manantial naranjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora