Before

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William


-Tan hermosa...-mi mente gruño con orgullo y algo mas, algo que no me tome la molestia de prestar la mas mínima atención. 

Toda mi concentración estaba puesta en la hermosa chica sobre sus rodillas, sus manos tras su espalda, palmas arriba y su largo cabello azabache suelto, cubriendo ligeramente su desnudes de mis ojos.

Pudo haber pasado como una sumisa fácilmente, si no fuera por sus ojos. Esos ojos ardían con insolencia y perspicacia.

-Deberías estar mirando al piso, tu cabeza gacha- le dije tratando de ocultar mi diversión. Ella me desafiaba y aun no me era posible descifrar si lo hacia o no intencionalmente. 

Apostaba por la primera. 

Era por eso que la pequeña muchacha me cautivaba mas allá de mi compresión. En el sexo, su cuerpo se rendía ante todos mis deseos y mis ordenes. Pero en sus ojos siempre veía el desafió, su mente me hacia luchar por su sumisión. 

Sonrió ligeramente, su cabeza lentamente inclinándose hacia adelante 

ME gustaba usar todo tipo de cosas con las mujeres que habia tenido antes de ella, pero con Joscelyn las nalgadas sobre su trasero desnudo se habían convertido en mi hobby 

No habia nada tan placentero, y si, intimo. Que mi palma desnuda abofeteando una y otra vez su lindo y firme trasero. 

Ahora nos encontrábamos en mi oficina, ella en el centro de la habitación el camisón blanco desechado en el piso junto a ella. 

Camine perezosamente hasta mi escritorio y me senté en la enorme silla de cuero vino tinto tras el. 

-Ven aquí- ordene

Y ella elegantemente se levanto robando una mirada en mi dirección antes de volver al piso y caminar apresuradamente frente a mi 

Le ofrecí mi mano y ella la tomo, temblando ligeramente ante el contacto, note su piel ponerse de gallina y el cavernicola que vivía dentro de mi e incluso el estoico e intelectual profesor se regocijaban en el poder de mi toque sobre ella.

-Dulce Joscelyn- la atraje hasta mi regazo -mirame- sus ojos pardos se encontraron con los mios -me estaba muriendo de ganas por follarte aqui- le dije mientras la punta de mi nariz acariciaba la curva de su cuello, ella iba a hablar pero la mordí y mis manos apretaron su agarre en su cintura -no,no,no- su mandíbula se apretó y me reí -sabes que no debes hablar a menos que te de permiso- 

Me miro el fuego llameando en aquellos ojos, su mirada penetrante su ceja arqueada. 

Me puse serio, por dentro disfrutando de todo el tira y afloja en el que su actitud nos ponía. 

-Levántate- di la orden con voz dura y su expresión flaqueo por un breve segundo pero lo hizo -Tu insolencia no esta permitida cuando vas a servirme- use la palabra que parecía ser un gatillo para toda esa ira y confusión reprimidas. Y ella no me decepciono, me dio una mirada dura y sus dientes rechinaron.

Evite echarme a reír y mantuve mi expresión seria

-¿que tal si te digo que tengo fuertes deseos de azotar tu bonito culo justo ahora?- era una pregunta retorica por lo que su respuesta me sorprendió

-Entonces iría a tu regazo, para facilitarte la tarea- sus ojos picaros me sonrieron 

-Hazlo entonces- la rete, cuando pensaba que ella iba a desafiarme me regalaba aquellos momentos, aquellas palabras que me decían que se entregaba por completo, pero porque ella así lo quería.

My sole regretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora