¿Qué soy? No soy más que una botella de vidrio vacía, con un mensaje ininteligible dentro, voy a la deriva en un mar de inmensa longitud y vasta infinidad; floto, viajo y no puedo salir de ahí sin ayuda, el tiempo hace que mi mensaje cambie, se modifique y se alargue. He naufragado en manos de algunos desconocidos que me encuentran atrapada sobre la fangosa y mojada arena, de inmediato se precipitan sobre mí, como si fuese un tesoro, me toman, me acarician, me besan y creen encontrar en mí el consuelo para sus almas.
Al tomar el mensaje no es lo que ellos esperan, no pueden leerlo o simplemente no lo comprenden, así que doblan el mensaje, arrugándolo y sin el más mínimo interés me lanzan nuevamente al mar. Con el tiempo el mensaje termina por ser viejo y mugroso, pero sigo viajando en busca de una chispa de esperanza en un mar de desesperaciones.