Capítulo 1: Paris

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(Capítulo 1, Escena 1: Júpiter, Paris)

El despertador sonó como cada mañana. Un día más sin saber exactamente qué hacer con su poder. Que hacer con la Tierra. Como había predicho Caine, quizá el planeta de Su Majestad tenía un destino diferente al previsto.

Sabía también que era una Abrasax, pero su condición genética no traía manual de instrucciones.

Se levantó dispuesta a hacer el desayuno para su madre y su tía, y acudir a ese trabajo nuevo que habían conseguido. Una casa grande, de ladrillo rojo. Tan rojo que a Júpiter le sorprendió.

Cuando entró en aquella habitación, supo que había algo diferente. Era un despacho, desorganizado, con un montón de papeles encima de la mesa y una pizarra con miles de números y fórmulas.

Júpiter: Vaya, nunca se me dieron bien los números, ¿esto vendrá con la genética? Aunque...

Se quedó mirando las fórmulas sin darse cuenta de que alguien entraba. Normalmente limpiaban cuando la casa estaba vacía, así que cuando Júpiter oyó una voz se sobresaltó.

Júpiter: Perdóname, no quería molestar. No sabía que había alguien aquí.

Paris: Acabo de llegar, he olvidado el teléfono en la mesa. (El científico la miró, con curiosidad) ¿Entiendes de biología molecular?

Júpiter vio el smartphone y se lo dio. El científico era moreno, con el pelo largo y desgreñado, pero tenía unos ojos azules cautivadores, que seguían mirando a Júpiter fijamente. Alargó la mano y recogió el móvil.

Paris: Muchas gracias. Mi nombre es Paris, y no has contestado a mi pregunta.

Júpiter lo miró, sonrió y le tendió la mano.

Júpiter: Encantada, me llamo Júpiter. La verdad es que no sé nada de biología molecular, pero esas fórmulas de la pizarra me resultan familiares. Supongo que has habré visto en el colegio. Ésta, por ejemplo -dijo mientras señalaba una de ellas- creo que tiene que ver con el ADN humano, ¿verdad?

Paris: Me asombras, la verdad. Sí, corresponde al genoma humano, pero esto no se estudia en el colegio, es uno de los proyectos más avanzados de la regeneración celular que realizamos en el laboratorio....

Paris se calló, dándose cuenta de que estaba hablando demasiado. Se quedó pensativo, observando a Júpiter. Una mujer de la empresa de limpieza, que entendía sobre biología molecular, una mujer hermosa, delicada, pero con una fuerza en la mirada que le dejó helado. No sabía que estaba pasando, algo le resultaba familiar, quería averiguar más sobre aquella chica con nombre planetario.

Júpiter se dio cuenta de cómo la miraba Paris y se puso colorada. Bajó la vista, mientras una imagen de Caine pasaba fugazmente por su mente.

A lo lejos, sonó la voz de Aleska, la madre de Júpiter, llamándola.

Júpiter: Perdóname, si no necesitas más, voy a continuar con la limpieza, para poder terminar antes de que regrese de su trabajo.

Se escabulló por la puerta pensando en aquella fórmula y los estudios de regeneración celular que estaba realizando Paris. Pensó también en la industria Abrasax, y su necesidad de cultivar vidas humanas para conseguir tiempo de vida. Había evitado la cosecha de la Tierra, pero qué pasaría si a ella le pasaba algo, ¿cuánto tiempo les quedaría a sus seres queridos si Titus o Kalique se adueñaban del planeta? Tenía que saber más sobre el negocio familiar.

Aquella tarde vería a Caine, disfrutarían del espacio, como habían hecho las últimas semanas. Júpiter se acercaba cada vez más al licánido, pero no había pasado nada más entre ellos. Cada vez que le oía llamarla "Su Majestad" temblaba de emoción, pero él no quería hacer nada más que besarla. Tal vez tenía miedo de sus instintos animales. Pero ella no. Estaba decidida a hacer algo más, ¿acaso no era la dueña de la Tierra? ¿No había ningún sitio donde pudieran estar tranquilos?

Sonrió al pensar en Paris, un humano completo, que la había mirado hasta hacerla sonrojar. Tenía unos ojos bonitos, mirada inteligente. Pero no era Caine.

El Destino de Júpiter: la historia continúaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora