Siete

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Querida Nadia:

¡Joder!

Lo siento Nadia pero tenía que decirlo, sabes el susto de muerte que pase cuando te vi caer hoy en la clase de física.

¡Eso no fue lo peor! Luego de ofrecerme a llevarte a la enfermería, te desmayaste y tuve que llevarte en brazos hasta allá pero cuando baje la vista hasta la piel expuesta de tu cuello sentí un tirón en el estómago, la horrible cicatriz y el hematoma ennegrecido que allí había me habían dejado sin aliento y preocupado como no tienes idea.

Nad, ¿Qué te ocurrió?

¿Era por ello por lo que estabas triste? ¿Quién te hizo eso? ¡Oh Jesús! ¿Cómo te ocurrió aquello?

Las dudas me están matando, no lo soporto. Las más crueles escenas sobre como surgieron aquellos golpes en tu piel acuden sin miramientos a mi mente y eso no ayuda.

Cuando llegué a la enfermería no quise dejarte sola, pero Mary la enfermera a cargo no me permitió quedarme.

Estoy asustado, aterrado, preocupado, son tantas las sensaciones que me embargan que no me permiten concentrarme en clases.

¿Qué le paso a mi Ángel?

¿Quién ha sido tan osado o estúpido para herirte así?

Sé que tú no serias capaz de lastimarte a ti misma.

Att: Blake

Lo que escribí para ti en mi Cuaderno [AEL#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora