Dieciséis

36 9 2
                                    

Querida Nadia:

Desapareciste otra vez. ¿Por qué? ¿Tiene que ver con tu madre? ¿Por qué no recurres a mí para aliviar ese dolor?

Aunque... Realmente no tengo derecho a exigirte que me confiese tu sufrimiento, cuando soy consciente de que realmente estoy cavando en el mismo poso.

Tal vez es por ello que me he enamorado de ti.
Tal vez es porque sentí que me entenderías más que nadie por lo que estoy pasando.

Tal vez el destino tenía nuestros caminos entrelazados para que sanemos juntos, para que curemos viejas heridas, para ser la roca que nos sostenga. Tal vez para que seamos ese elixir que nos aliviará la pena.

¿Podrían nuestras almas rotas estar llamadas a complementarse?

¿Podrían nuestras almas haber escuchado nuestros llantos silencios?

¿O nuestros fuertes sollozos?

¿Nuestros ríos de lágrimas?

Tal vez, Nad, somos nuestros destinos.

Att: Blake

Lo que escribí para ti en mi Cuaderno [AEL#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora