la normalidad como fin

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No sintieron nunca cómo su vida se desmoronaba al sentir que sólo son un número más en la tierra? Qué la vida no es tan natural cómo nos dijeron que es? El mantenernos controlados toda la vida mediante métodos tan intrínsecos cómo la "escuela" (ese lugar en el cuál no está permitido ningún cuestionamiento ni intercambio de ideas. Cuánto más callado uno, es más funcional) ahí es que cada persona (o número, en éste caso) no se permite cuestionar nada, funciona cómo un círculo vicioso para mantener en sus manos a la sociedad, el poder de millones de personas en unas pocas manos.
Pero, cuál es el motivo de ésto? Por qué esas personas con hambre de poder atentan contra su propio ser, traicionándose a sí mismos?
Ojalá la locura de este pobre hombre sirva de algo, quizá el verdadero sentimiento de poder quede aplacado en dosis de razón y deje su vanidad de lado en pos de la humanidad, si pudiera lo llevaría con gusto a un paseo por mi ciudad.
Casas bajas de adobe y otros, con mejor suerte, de cemento y espaciosas, unos y otros conviven compartiendo felicidad y alegría.
El conocimiento es poder, dicen, pero no hay conocimiento válido si no hay nadie que refute ideas, que se anime a tener una discusión cordial, sin ánimos de ofender pero sí de señalar equivocaciones y en pos de ofrecer una crítica constructiva.
Ya no hay lugar para mentes brillantes, nadie plantea la realidad en tiempo y forma sin ese miedo a desaparecer, infundado? No, real.
El placer es efímero, el saber que estamos de paso en esta bendita tierra, tan llena de vida, cómo también de paisajes, luces y sombras, invita a pensar si al adentrarse más y más realmente no estaremos haciendo mal, ya que la belleza misma de esta tierra es una adicción sin precedentes en nuestra mente.
El subconsciente es un juego de palabras, puede ser un rompecabezas, o un rey para el ajedrecista, pero cada uno dentro suyo tiene el poder para decidirlo, si deja que lo domine esa parte de la sociedad imperialista que hace y deshace a piacere, será entonces un rompecabezas, lúgubre y desalmado, esperando día a día un final anticipado, en cambio, si toma sus propias decisiones y empieza a cuestionar el pensamiento ajeno y aprende que no hay en nada verdad absoluta, entonces está preparado para ser un eximio rey ajedrecista, éste es el tiempo de decidirlo, ya que tarde o temprano, todos volvemos a la caja dónde estábamos guardados, esperando a través de la descendencia, otra oportunidad para una nueva partida.

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