Nothing was the same 2.1

Día 5.3

-¡Todo es su maldita culpa!- la morena le soltó un golpe tan fuerte a Támara que ella instantáneamente después de que tomará la zona dañada, cayó al suelo

-¡No sé de la que estás hablando!- gritó ella, mientras que la morena se ponía sobre a ella para soltarle más golpes

-¡Mi familia vivía allí!- la morena soltaba lágrimas de rabia y sentía que su mundo se rompía como cristal punzante -¡mis amigos! ¡Mi maldito perro! ¡Tú los mataste!- cada palabra se clavaba en la mente de Támara

-¡Lo siento! ¡No fue mi intención!- Támara se sentía directamente culpable de todo, no podía tener tan mala suerte.

La morena, al estar tan desesperada por dejar de sentir dolor no supo lo que estaba haciendo, así que tomó su pistola y apuntó hacia la chica que estaba debajo de ella.

-¡No!- chillo Támara desgarrándose la garganta y forcejeando más con ella- ¡alguien ayúdeme! ¡Por favor!- la chica, al encontrarse cara a cara con la muerte, se dio cuanta que en realidad no era lo que en realidad deseaba. Quería quedarse con el, encontrar la resistencia y ser felices, como debió haber sido desde un principio. Quería superar todo lo que vivió y ser una leyenda, alguien que lo perdió todo... Pero que sigue vivo.

Támara logró zafar su muñeca de la mano de la morena y pudo dirigirla hacia la pistola, para moverla hacia un lado.

La morena la veía con asombro pero con desespero. Tenía que deshacerse de ella, así que pudo más fuerza sobre el arma, dispuesta a disparaté en cuanto apareciera detrás de la mirilla.

Los dos chicos, atraídos por los chillidos y los forcejeos corrieron hacia la carretera donde habían dejado el coche, esquivando ramas de árboles y hoyos en la tierra.

Theo sentía que su corazón estaba muerto y que en realidad no latía por lo rápido que iba. Aunque nunca lo haya dicho, amaba a Támara y le aterraba que algo le pasara.

Cuando estuvieron a dos metros de salir del bosque, el silencio denso que se escucha justo antes y después de disparar un arma aturdió los oídos de ambos. Estrujando sus corazones como si les hubieran disparado a ellos mismos.