XIV

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Hicimos la denuncia y les mostramos el video. Los policías quedaron sorprendidos de la barbarie.

-Escuchen.- Uno de los policias nos llama la atención.- Nosotros vamos a buscar a ese tipo a las direcciones que nos dieron. Takano, ese sujeto que está allá, llamará a sus padres para que los retiren a salvo...¿De acuerdo?- Takano nos sonrió desde su puesto de trabajo, mientras sostenía el teléfono en su oído.

-De acuerdo.- Respondimos al unísono.

-Oiga, cuando venga mi madre, ¿Puede mostrarle el video, por favor?- Pregunto levantado de mi asiento.

-Por supuesto, chico.- El policía sonríe de lado y sacude un poco mi cabello.

-Gracias.- Agradezco con una sonrisa forzada, mientras veo que cruza la puerta de entrada para ir a buscar a Shiroyama Yuu a su departamento o mi casa.

-Todo va a estar bien, Akira.- Dice Takanori, que se encuentra a mi lado, dedicándome una sonrisa.

-Espero que ahora todo esté bien.- Volví a sentarme a su lado y saqué mi celular para informarles a mis otros amigos sobre nuestra situación.

***

A los minutos, llega mi madre, seria y llena de preocupación, pero esta preocupación es enmáscarada por le daño cometido anteriormente. Es guiada a una sala en donde le muestran el video.

-Hola, chicos.- Mi hermana llega a la comisaría, gracias a un mensaje que le mandé minutos atrás.

"Como aprecio que esté aquí."

Apenas salió mi madre, vino corriendo hacia mi para abrazarme y llorar en mis hombros, disculpándose por todo.

-Tu no tienes la culpa, mamá. Vos no la tienes.- Digo, largándome a llorar junto a ella.

-Mi niña.- Dice mi madre, solándome y abrazando a mi hermana.- Lo lamento. No sabes cuanto lo lamento.- Repetía.

-Está bien. Lo importante es que ya terminó.- Decía, liberando sus lágrimas.

-Lo peor de todo es que le voy a dar un hijo a ese desgraciado.- Dijo, separándose de ella y sentándose a mi lado, junto a Saeko, la cual la abrazaba para consentirla.

-Cuidaremos al bebé entre los tres. No necesitamos a ese pedazo de mierda.- Al decirlo, mi madre sonrió, pero no duró mucho su sonrisa, ya que Shiroyama entró a la comisaría acompañado de tres policías a sus espaldas y sus manos esposadas. Caminaba con la cabeza en alto, sin preocuparse o tratar de ocultar aquella frente suya que estaba sangrando.

Pasó delante nuestro y me observó, a simple vista estaba carente de emociones y/o reacciones, pero yo sabía que esa mirada significaba odio hacia mi persona.

Mi mamá me abrazó, ignorando al hombre con el que estaba en una relación llena de mentiras.

***

Han pasado tres meses desde esa tarde en la comisaría. Me siento aliviado.

Todo volvió a la normalidad, sólo con la diferencia de que mi madre está a un mes de dar la luz a nuestro nuevo hermanito. Si, es varón.

Tengo pena por él, ya que tendrá que ver a su padre algún día, en el futuro. Espero que no le haga nada a ese pequeño.

Mi hermana y yo dejamos la droga por nuestra madre, la cual cuidamos y amamos.

Todo es tranquilo ahora...

ViolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora