Y pensé que las cosas no podrían ir peor.-¿Esto es enserio?- Le dije muy enojada a Caroline mientras hablábamos por teléfono- ¡Ahora que Thomas me trata bien, tenemos que ir a visitar a mi abuela! ¡Esto tiene que ser una broma!
-Oh, vamos ______, tu abuela no es tan mala- Ella dijo un poco nerviosa. Cuando algo me ponía furiosa, era mejor estar de mi lado.- Piensa en esto como algo positivo, piensa en todas las cosas que te dará ella.
-¿Estás loca, verdad? No. Olvídalo Caroline, yo estoy loca. ¡Estoy demente por pensar que me apoyarías!- Le dije, aún mas furiosa- ¡Esto es enserio Caroline! ¡Mi papá ha tenido que huir de la casa para no tener que ir con nosotras! Dime, ¿tu papá ha hecho eso alguna vez?-
Esperé a que dijiera algo, no habló.- ¡Lo ves! ¡Me voy directo al infierno!-Relájate un poco. Sólo porque tu abuela sea tan... Tan... Extraña, no significa que no siente afecto por tí.
-En eso tienes razón- Le dije impaciente. No llegábamos a nada.- Pero de ahí en fuera, ella odia a todo el mundo, incluso a mi mamá.
-Ella no odia...
-¡_____! ¡Es hora de irnos!- Gritó mi madre desde el piso inferior, interrumpiendo a Caroline. Me despedí de ella y bajé enojada. Mamá caminaba en círculos alrededor de la sala con su vestido rojo, notablemente nerviosa. Me dió un vistazo rápido y sonrió un poco.- Te ves encantadora. Tu abuela estará muy orgullosa al verte.
-Realmente no quiero hablar de esto, mamá- Le dije, poniendo una cara extraña. Ella frunció los labios.- Quiero aprovechar los últimos momentos de paz que tenemos, antes de que empieze el caos.
-Exageras- Dijo ella mientras abría la puerta principal y me dejaba pasar por enfrente de ella. Caminé con paso rápido hacia mi auto y me adentré en él. Mamá hizo lo mismo.
-¿Exagero? Vamos, tu sabes que es verdad.
-Mira _____... Sé que esto es difícil para tí, también lo es para mí- Dijo ella mientras lanzaba una corta risotada nerviosa y miraba su reflejo en el espejo del carro- Solo quiero que sepas que, aunque tu abuela sienta un gran desprecio por tu padre y por la gente.. Bueno, la gente con nuestra situación, ella nunca dejará de querernos. ¿Está bien?- Asentí, aunque sabía que aquello no era cierto- Ahora solo conduce y mantén la calma.
Conduje con prisa hacia Cowcross Street. Realmente me sentía fuera de lugar, y sé que mamá también. No tardé mucho en llegar hasta nuestro destino final.
He aquí mi problema, probablemente se preguntarán "Oh, ¿Por qué sientes tanto temor a tu abuela?" o también "¿Por qué no la quieres ver?" . Y bueno, es que realmente, la abuela es un dolor en el trasero, y no hablo de sentido figurado.
Mamá tenía apenas catorce años cuando el abuelo falleció de un infarto al corazón. Ella, junto con su hermana, la tía Helena y mi abuela, se mudaron desde California hasta Inglaterrra, donde lograron rehacer su visa. Aunque no todo fue color de rosa. Con herencia del abuelo las cosas se tornaron un poco turbias y la abuela se volvió, eh, ¿cómo decirlo? Ambiciosa. Exactamente del tipo que "No te metas con mi dinero ni mi familia". Así que cuando mi mamá se enamoró del pobre diablo-mejor conocido como papá, sin ofender- la abuela se volvió demente e intentó absolutamente todo para arruinar la relación entre ellos dos. Fue entonces cuando entré yo. Con mi nacimiento, la abuela decidió volver a California y no hablarle a mi mamá. Hasta hace un par de años, decidió conocerme.
No es broma cuando digo que la abuela realmente odia a todo el mundo.
Pero entonces la abuela se enfermó hace un par de semanas, y eh, aquí nos tienen.La casa era inmensa, tal vez del mismo tamaño que el del hogar de la señora Sangster. Era de un precioso color marfil, y estaba adornada con esculturas elaboradas con arbustos, pasto y enredaderas. Al entrar, la señora Roberts-la ama de llaves- nos saludó cordialmente.
-Muy buena días tengan ustedes, señoritas- respondimos el saludo y continuamos nuestro camino. Nos dirigimos hacia el vestíbulo principal. Sacudí mi flada roja por instinto y me alise el cabello un par de veces.
La aburla entró caminando, dando pasos realmente lentos. Llevaba uno de sus típicos vestidos de diseñador color lavanda, con su cabello rojizo anudado en un moño alto y sus carísimos collares de perlas. Cuando nos vió ella sonrió y nos saludó.
-¡Querida! ¡Es un placer que estén aquí!- Dijo entusiasmada. Aunque realmente no podía decir si estaba fingiendo o algo parecido. Le ofrecí una sonrisa finjida y la abracé, mamá hizo lo mismo.- Les he traído un par de cosas de California. ______, ¿Por qué no las traes? Se encuentran en mi armario.
-Mamá, esto no es necesario....- Dijo mi madre mientras me lanzaba una mirada como diciendo "Sálvame". Me encogí de hombros levemente y subí las escaleras.
Algún día, esto se iba a terminar.
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Corazón Ciego - Thomas Sangster
Fanfic"Si quieres a alguien por su belleza, no es amor, es deseo. Si quieres a alguien por su inteligencia, no es amor, es admiración. Si quieres a alguien por por su dinero, no es amor, es interés. Si quieres a alguien y no tienes idea porqué, eso es...