Capítulo 7: El laberinto del minotauro

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-Os presento a la pandilla que salvó al mundo de las almas perdidas del inframundo -dijo D.Fidel.

Se quedaron mirándolos, no tenían ningún signo de haber estado en alguna batalla. Uno de ellos se presentó:

-Yo soy David, después de haber salido de nuestra batalla en el inframundo, volvimos aquí y surgió la historia de los poderes, hablamos con D.Fidel y nos ayudó. Yo tengo Dimensiokinesis, control de las dimensiones. Nuestros poderes nos han ayudado bastante a la vuelta y hemos conseguido encontrar nuevos lugares y más personajes curiosos.

El siguiente avanzó y dijo: -Yo me llamo Gabi y tengo Benzinakinesis, el control de los gases, mientras descubríamos los poderes de todos, ayudé con los experimentos a D.Fidel, y conseguimos producir la vacuna de las kinesis.

-Mi nombre, Juan -dijo el siguiente-, y mi poder se relaciona bastante con una de nuestras aventuras pasadas. Mi poder es Gernontokinesis, el control de la edad, y ahora soy inmortal. Uno de nuestros amigos allí abajo, Álvaro, un anciano que protegía la puerta del inframundo, ahora está hecho un chavalote gracias a mi poder, y nos ha ayudado en algunas aventuras, ya que conoce mejor que nosotros el inframundo, y nos enseñó varios lugares escondidos muy interesantes.

-Yo soy Mateo, mi poder no sirve para mucho, pero ayudo bastante en el grupo y me es más fácil planear las misiones. Tengo Mathekinesis y como dice el nombre, controlo las matemáticas. Tengo una gran capacidad de memoria, y así consigo que nunca nos perdamos, en los laberintos de caminos del infierno, literalmente, en el infierno.

El último levantó la mano y se presentó al igual que los demás: -Por último, yo soy Pedro, y controlo las puertas, Pórtakinesis, os parecerá bastante estúpido, pero sino fuera por mí, no hubiéramos tenido nuevas aventuras. Gracias a la puerta que nos lleva al inframundo, yo puedo redirigirla a cualquier parte del mundo, del universo y de la mente.

Después de las presentaciones D.Fidel explicó su plan: -Myriam, nos ha dado una lista de elementos para crear un maleficio, estamos en momentos muy díficiles -dijo dirigiéndose a los chicos de la puerta- hoy casi pierden la vida dos de nuestros compañeros -entonces Carlos y Tomás levantaron su mano para que les identificaran- solo tenemos una opción, y es ese maleficio, para que volvamos a nuestra vida normal y que nada de esto hubiera pasado. Os he llamado para que todos vosotros vayáis al laberinto del minotauro, para que cojáis una de las cosas que necesitamos para el maleficio, el ovillo de lana de Teseo. Es un elemento con mucho poder mágico que nos servirá para hilar las nuevas historias que vayan a ocurrir.

-Pero, ¿cómo llegamos allí? -Preguntó Iván.

-Ahora entenderás porqué es tan importante mi poder -respondió Pedro mientras abría la puerta principal de la biblioteca.

Todos salieron de la biblioteca y se pararon al llegar a las escaleras. Una puerta que no habían visto antes apareció de la nada al lado derecho de las escaleras, al lado de los baños. David abrió la puerta, dentro de ella, todo estaba oscuro y no había ninguna luz que les ayudara a saber que había ahí dentro. David fue el primero en entrar. Saltó hacia dentro y dio un grito de emoción que se fue fundiendo hasta llegar al silencio. Sus amigos les siguieron, con la misma emoción, como si fueran a entrar a un parque de atracciones. 

-Es vuestro momento -dijo Pedro, antes de entrar por la puerta.

El primero en saltar fue Mario, seguido por Víctor, Tomás, Iván y Carlos, gritando de terror bajaron hasta los demás. Al cabo de unos segundos bajaron también Rocío, Claudia y Violeta. Llegaron a una sala con más luz, y muy calurosa, en frente de ellos se encontraba Álvaro, vestido de explorador, con un aspecto adulto y joven de unos 25 años, estaba en medio de la sala.

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