Capítulo 8: La búsqueda de las grabaciones

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D.Fidel y el otro grupo volvieron hacia la puerta mágica y mientras tanto los demás se dirigieron al laboratorio.

-¿Qué asuntos importantes, según D.Fidel, tenemos que resolver? -Preguntó Iván.

Violeta abrió la puerta del laboratorio y se dirigió a la mesa central, para encender el ordenador.

-¿Os acordáis de la batalla del pasillo? -Preguntó Violeta- Pues, Carlos utilizó una de las cámaras de seguridad para lanzar los rayos. Esa cámara quedó inutilizable, pero había otras dos, y lo grabaron todo -les dijo a los chicos mientras les acercaba la pantalla del ordenador con las imágenes de las cámaras-. Debemos recuperar esas grabaciones, pero esta vez no va a ser tan fácil como las del laboratorio. El instituto tiene un sistema de seguridad que envía todas las grabaciones a una sala de informática en bachiller, y están grabadas en diferentes discos, así que ahora no puedes utilizar tu poder Carlos. Debéis coger esos discos y traerlos aquí lo antes posible, para que nadie se entere de lo que está sucediendo.

El grupo de chicos salió rápidamente del laboratorio y se dirigió a las escaleras. Al llegar a la planta baja se encontraron en frente de secretaría, giraron a la derecha y entraron al pasillo de bachiller. Ese espacio era nuevo para ellos, pero todo estaba bien identificado, había dos clases por curso, y varios despachos entre medio, una sala de apoyo y al final del todo, escondida en una esquina se encontraba el aula de informática. Abrieron la puerta y delante de ellos había alrededor de veinte ordenadores apagados. Los cables eléctricos colgaban del techo en dirección a las mesas y por el suelo. Las persianas estaban cerradas y la única luz que se podía apreciar era la del wifi, a la entrada de la sala.

-¿Dónde pueden estar esos DVDs? -Preguntó Víctor.

Carlos se adelantó y cruzó al otro lado de la sala.

-¡Aquí están! -gritó de ilusión Carlos.

Un archivador estaba al otro lado de la habitación. Cada casillero era una semana, y los DVDs llevaban escrita con bolígrafo permanente su fecha de grabación.

-Febrero, ... febrero, ¡aquí! -dijo Carlos mientras sacaba uno de los DVDs-. Y el día de la batalla fue el 5, así que debe de ser este.

-Ahora que lo has encontrado, Tomás y yo vamos a salir un rato a vigilar -dijo Mario mientras salía por la puerta con Tomás.

Iván encendió uno de los ordenadores, y Carlos metió en la ranura el DVD. Se acercaron mientras se cargaba el vídeo. En la pantalla se podía ver el pasillo de entrada a secundaria, y al rato, entraban ellos cinco, preparados para la batalla. Las chispas y todos los movimientos habían quedado grabados por las cámaras, incluso la muerte de Carlos, la desaparición de ellos cuatro, y la muerte de Tomás, con la huida de los otros, pero antes de acabarse el vídeo, Tomás y Mario entraron corriendo por la puerta.

-No os vais a creer lo que acaban de subir a la página del colegio -dijo Mario mientras enseñaba su pantalla del móvil.

En la página web venía una noticia, con imágenes de las grabaciones que acababan de ver.

-Nos han descubierto -dijo Carlos desesperado-. Hay alguien que ya sabe lo que está pasando, y no debemos permitir que más personas lo sepan, hay que borrar esa noticia de Internet.

Carlos cogió el móvil de Mario y cerró los ojos. Respiró profundamente y en la pantalla apareció una especie de glitch parpadeante, y se apagó la pantalla. Al volverse a encender en la pantalla aparecía un mensaje de error, en el que explicaba que esa página no existía.

-¡Lo has conseguido! -Exclamó Mario-. ¡Ya controlas la red, te falta la última evolución solamente!

Carlos abrió el navegador del ordenador, para ver la página web del colegio, y en efecto, la noticia de sus poderes ya no existía, pero su felicidad duró poco. Unos pasos provenientes del pasillo se dirigían hacia el aula de informática. Carlos recuperó el DVD, se lo guardó, y apagó el ordenador. Se dirigieron a una de las esquinas alejadas de el clasificador de las grabaciones.

La puerta se abrió y entraron dos hombres: -Te aseguró que la noticia a desaparecido mágicamente -dijo uno de los hombres.

-Es D.Óscar, el de tecnología -dijo Tomás con un susurro.

Carlos le hizo callar con un gesto de silencio y después indicó a Iván que usara su poder para que los dos hombres no les pudieran ver, y así lo hizo.

-La grabación debe de estar archivada aquí -dijo D.Óscar, mientras buscaba en el archivador de DVDs, pero se dio cuenta de que la grabación que estaban buscando ya no estaba-. Ha desaparecido, alguien se la ha llevado.

Los dos hombres fueron camino de la puerta para salir y el otro hombre dijo: -¿Y quién habrá podio borrar mi noticia?.

Cerraron la puerta con llave y el grupo, que estaba escondido, se volvió a hacer visible.

-¿D.Ignacio había redactado la noticia? -se preguntó Carlos-. ¿Por qué habrá desvelado nuestro secreto?

Víctor intentó abrir la puerta pero estaban encerrados, así que llamó a Violeta para que les ayudara.

-¿Desde cuando tienes el número de Violeta? -preguntó de forma irónica Mario.

Mario comenzó a hacer sonidos de besos y suspiros, y Víctor lo despreció.

-Dejadle en paz, es el único que ha buscado ayuda para que salgamos de aquí -le defendió Carlos mientras se dirigía hacia la puerta.

Al cabo de unos minutos Violeta llegó a la puerta. Sacó una de las horquillas que sujetaba su pelo y la metió en la cerradura para abrir la puerta. Los cinco amigos salieron de la sala y Víctor le dio a Violeta un abrazo de gratitud y todos se quedaron mirando, para ver que sucedía, pero Víctor pidió rapidez para encontrar a D.Ignacio, y preguntarle porque había publicado esa noticia, y todos fueron al edificio de la ESO.

Salieron por secretaría y se dirigieron a la puerta principal, pasaron por su clase, y se dieron cuenta que no había ningún alma. Siguieron hacia delante y emtraron en el despacho de D.Ignacio. Al final del despacho había una sola luz que iluminaba a la mesa central, y al otro lado de la mesa, había una silla que giró lentamente sobre sí misma. Sentado en ella estaba D.Ignacio, soprendiendo al grupo de alumnos que acababa de entrar.

-¿Porqué ha desvelado nuestro secreto? -Preguntó Carlos desesperado.

-¿Porqué habeís borrado la noticia? -Preguntó D.Ignacio- Sabéis muy pocas cosas de mi y ya ha llegado la hora de sacar todo a la luz.

De las dos puertas de los laterales salieron Saúl y Alba, seguidos por varios compañeros más.

Saúl se acercó y dijo: -Veo que ya habéis descubierto quién es nuestro jefe.

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