"Hora de cenar"

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Una mirada más al espejo y saltaba sobre él. No era por presumir, pero... ¿Había alguien más hermosa que la belleza que tenia enfrente? No, al parecer no, el silencio otorga ¿verdad?

Mi cabello rubio, dorado, pastel, opaco y brillante, oscuro y claro... En fin, la mezcla rara que tenía por pelo, estaba suelto y brilloso. Muy besho.

Mis espeluznantes ojos no se veían tan espeluznantes, sino que se veían CINCUENTA VECES MÁS ESPELUZNANTES, porque la sombra negra que tenia por maquillaje, resaltaba su color. Haciéndolos más notorios y brillantes.

Yupi...

Pero ahora, ignorando por completo y dejando de lado mis quejas; Me puse un vestido azul marino y unas sandalias de tacón, con las cuales continuaba practicando mi caminata de modelo.

Hay que lucirse.

Si, así de linda como la modelo de la foto me veía

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Si, así de linda como la modelo de la foto me veía.

Miré la hora en mi celular, ya casi partiríamos. Ha pasado un mes desde que papá me habló sobre la tal cena con sus empleados.

Para desgracia mía, solo comeríamos en un lugar con mucho espacio, lujoso y con muchas, y repito, MUCHAS mesas redondas en las cuales cada familia se sentará.

Pero para suerte mía, también irán los otros hijos de los empleados del señor Kennedy, así que demás que hacía amigos.

Si funcionaba, estaría practicando para ser más sociable en la escuela.

Si, definitivamente la noche debería salir entretenida. Si no, siempre tenia mi fiel teléfono o mis ojos para espiar las caras bonitas del salón.

También tenía un cuerpo sigiloso para seguirlos, digo, en caso dé.

****

-Bueno, Ali, esto será sencillo para ti. Solo son dos cosas las que debes hacer, comer y aportar en Francés.

-¡Sí, mi instructor!- le dije casi gritando. El sonrió y luego me ignoró por completo.

Aún tengo toda la noche...

Positivamente caminé en la sombra de mi papá hasta llegar a una mesa en el centro y adelante de un escenario. Había que admitir que el lugar era grande y lujoso -como para no serlo- y habían muchas personas con trajes elegantes. Algo que me alivió un poco era saber que no solo eran vejetes los que ocupaban el lugar.

Había también juventud, pero no veía pubertos de catorce o quince, hasta el momento solo los podía clasificar en tres:

-Infantes...

-Adolescentes...

-Y adultos jóvenes.

Pero pubertos... ÑU.

Mi pais de las MaravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora