Capitulo 3

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Tres días después, acompañe a Haru al aeropuerto, el olor a detergente para pisos me estaba empezando a marear pero trate de disimularlo, los aviones despegaban uno detrás del otro y las personas yendo de aquí para allá con sus maletas.

- Que no te ataquen los terroristas- Dije caminando a su lado- Ni te despresurices y caigas del cielo- Dije, el asentía riendo.

- Si lo necesitas...Te espero- Dijo cuando llegamos a la puerta de embarque, lo mire.

- No, aborda ese avión- Dije, el dejo caer su maleta al suelo y se acerco mas a mi.

- Te traje algo- Dijo- Cierra los ojos- Sonreí y el alzo las cejas.

Cerre los ojos, con el dedo indice frente a mi.Pasaron segundos interminables y luego sentí algo circular tocar mi dedo. abrí los ojos y un brazalete con un pequeño planeta tierra estaba ahí.

- Norte américa- Dije sonriendo al ver el sitio que había marcado mi dedo. El sonrió.

Lo tome en mi mano y el tomo mi mano en la suya, le mire a los ojos antes de abrazarlo, trate de no llorar pero solté varios sollozos, al darle el beso en la mesilla el acerco sus labios a los míos, le tome del cuello, nuestros labios estaban tan cerca pero no se rosaban, compartíamos respiraciones. Ahí en el aeropuerto, ahí frente a tantas personas, ahí era el momento perfecto, pero, le toque la mejilla con mi dedo antes de mirarlo a los ojos y alejarme un poco, el miro el suelo mordiéndose el labio con nerviosismo, soltó un resoplido de risa y alzo la mirada.

- Mantente en contacto- Dije, el me sonrió un poco.

- Lo haré- Tomo su maleta y dio varios pasos hacia delante- Te veré en dos semanas ¿De acuerdo?- Me quede parada ahí sintiendo como mi estomago se apretaba con cada aso que el se alejaba, sonrió enormemente antes de entrar por la puerta del otro lado de la planta, trate de sonreír pero en cuanto desapareció las lagrimas que había estado reteniendo escaparon.

*****

- Si le hubiera dicho, no se hubiera ido y toda su vida se arruinaría- Dije recostada de las puertas de las vitrinas marrones, mirando a Rudy quien estaba levantando cajas.

- Que noble, si hubiese sido yo no dejo al bastardo irse- Dijo caminando hacia el otro lado, abrí un poco los ojos y la seguí

- Oh no, el no es el padre, ese es otro perdedor- Me recosté de la puerta y ella sonrió.

- Resultaste ser mas interesante de lo que pareces- Dijo- ¿Porque no simplemente te desases de la cosa?- Camino al mostrador.

- Mis padres son católicos- Dije arrugando la nariz- Yo no creo en todo eso, pero no puedo- La mire- ¡Lo tenia todo resuelto!- Me queje- Mudarme a Boston, estudiar, conseguir un buen empleo, a los 27 regresar y abrir un hotel- Dije jugueteando con una caja de pastillas- Luego, casarme y tener hijo- La mire, ella estaba poniendo unas cajas arriba del estante.

-Toda una vida en viñetas- Dijo riendo.

- Ahora seria embarazo, tener al chico, madre a tiempo completo, adiós carrera, vivir de la asistencia, engordar, perder el cabello- Solté la caja de pastillas y camine hasta ella. Ella bufo.

- Si, también podrías matarte ahora, yo puedo proveerte las drogas- Bufe- Oye, hay muchas personas que quieren tener hijo y no pueden, dalo en adopción- Alzo los hombros mirándome.

- Aun podría mudarme a Boston- Dije empezando a pensar en todas las posibilidades- Medio sonreí, ella Bufo y camino hasta el otro lado de la repisa- Puedo volver a aplicar a la universidad o conseguir un trabajo, no me importa, entonces seria todo igual pero seis meses después- La mire tomar una paleta del paletero arriba del mostrador y camino otra vez a mi- Ni siquiera tengo que decirle a Haru, solo tengo que pensar en una excusa- Sonreí.

Donde Termina El ArcoírisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora