Parte 1 Sin Título

8 1 0
                                    


REALIDAD

Me levanto de la cama las cuatro y treinta y tres, más pronto que ayer. Me asomo por la ventana, esta nublado; me seco las lágrimas de la noche anterior, aún recuerdo su sonrisa, el sabor de sus labios, sigue tan presente en mí que parece que pueda tocarle, y ojalá pudiera hacerlo.

Me aparto de la ventana, si no volveré a empezar a llorar...

Salgo de casa con la mochila al hombro arrancó la moto, y me dirijo a la universidad.

El trayecto, ese que los dos hacíamos cada día, hasta ese momento en el momento en que el mundo paro para mí y aún no ha vuelto a activarse; tengo la esperanza de un día despertarme y toparme con su sonrisa que todo hubiera sido una pesadilla terrible, pero sé que no es así.

Estoy en clase de literatura, la última del día, podré ir a casa tirarme en mi cuarto y fingir que hago algo más que pensar y autodestruirme con sus recuerdos.

Recuerdo ese día, tan bien que parece una película en mi mente, escrita por un guionista que pretende hacerte llorar como una magdalena. Era el día de nuestro aniversario hacíamos cinco años; me vino a buscar a mi casa, estuvimos allí y me dijo que tenía una sorpresa para mí. Cogimos su moto y íbamos de camino a no sé donde (y nunca lo sabré). Y en un momento todo paro para mí, vi un camión delante de nosotros, vi a David gritando que me agarrara a él y luego lo vi volar por los aires, en tan poco tiempo, le sangraba la cabeza, me abalancé sobre él ya llorando, el del camión ni siquiera paro a ver que había hecho. El tráfico había parado, la gente nos rodeaba, el tirado en el suelo sangrando y yo diciéndole lo mucho que le quería, tirada sobre él; grité que alguien llamara a una ambulancia, a los diez minutos estaban allí, recogiendo a mi niño del suelo y arrancando a toda prisa, a mi me acompaño una mujer en su coche hasta el hospital y luego me dio suerte y fuerza. Entré aún no había parado de llorar, no creí que nunca pudiera hacerlo; le pregunté al doctor que donde y como estaba, entonces por su rostro supe que simplemente no estaba, me dijo las típicas palabras de los médicos " hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano, pero se daño mucho, se le paró el cerebro y todo lo demás sucesivamente" yo ya no le escuchaba, veía borroso ya no notaba las lágrimas resbalar por mi rostro, entonces le jadee al doctor si podía verle, me dijo donde estaba, pero que era mejor para mí no verle pero yo ya me había ido. Al verle tirado en la camilla, sin pulso, sin subidas y bajadas del pecho, sin expresión, con los ojos cerrados y toda la parte de un lateral inundada de sangre, me abalance sobre él y le abracé con todas mis fuerzas llorándole en el hombro, le besé en sus labios insensibles y le dije lo mucho que sentía que hubiera muerto por mi culpa... en parte era mi culpa, si yo no hubiera estado en su vida no le hubiera pasado nada, o si no hubiera sido tan mimada y no le hubiera dejado hacerme regalos, de repente encontré mil motivos por los que su muerte era mi culpa. Le dije lo mucho que lo amaba que nunca le iba a olvidar y que nunca iba a estar con alguien que no fuese él.

Salí no podía verle así, llamé a mi madre a la suya ambas estuvieron en menos de un cuarto de hora allí, las dos empezaron a llorar y a los minutos vino su padre, que tuvo que salir del trabajo, mi madre me abrazo fuertemente y yo lloré en su hombro, en realidad no había parado de llorar...

Su madre fue corriendo a la habitación de David, sin mirarme si quiera sabía que me echaría la culpa de su muerte y mi madre se pelearía con ella y me defendería y no volvería a verla nunca más, aparte de en el funeral.

Llegó a mi casa, mi madre me espera en el recibidor, me abraza con todo su amor.

- ¿Y papá?- preguntó, últimamente no le veo mucho.

- Hoy volverá tarde del trabajo-

- Ah- creo que se va acostumbrando a que sea medio muda.

- He pensado que podríamos hacer magdalenas de chocolate, tus preferidas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 02, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

De tus besos a la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora