Sálvame

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Me miro en el espejo, y no veo nada más que una chica horrible, con lonjas, y marcas en el cuerpo.

Desde que soy una adolescente, sufrí por el rechazo de mis padres. Me dejaron sola y tuve que valerme por mi misma.

He estado con muchos psicólogos y ninguno puede ayudarme... todos son una bola de idiotas. Soy una cobarde, en pocas palabras, no soy lo suficientemente valiente para suicidarme. Lo he intentado, pero simplemente no puedo.

Al escribir esto, necesito contar mi historia, y al terminar quemare este papel en una vela.

La mayoría pensara que soy una vaga y no, no lo soy. Termine una carrera, gracias a mis esfuerzos, pero aun así todos siempre me han dado la espalda. No tienen nada bueno que decir de mí. A lo largo de mi vida, siempre se han burlado de mis defectos y fue un día que empecé a cambiar y mis amigas se alejaron. Simplemente no les gusto lo que había en mí.

Deje de comer... empecé a enflacar... pero siempre en el espejo, veo a la chica gorda y tímida que suelo ver a diario.

Cuando la depresión era mayor... y la soledad no se iba... tomaba los sacapuntas y los rompía para tomar entre mis manos la pequeña cuchilla, resplandeciente y brillante que me decía. "ponme en tu muñeca, en cualquier parte, solo encájame en ti". Desde ese día empecé a escuchar voces. Mi subconsciente. Ese amigo que siempre ha estado conmigo....

Recuerdo que un día estaba con mi psicólogo que me jefa me recomendó y este me preguntaba

- ¿escuchas voces?

¡Dile que no!

- No

- ¿Segura?

SI

- Si.-

Él siempre me ha guiado.

Y tengo miedo de que se valla

Odio a la gente que me ve con pena. La aborrezco.

Mi jefa, dice que es por mi bien. Pero yo lo dudo. Todo mundo dice que es por mi bien y cuando se enfadan me abandonan.

Siempre es lo mismo. Pero no entiendo por qué no me corre, si tanta lastima le doy. Simple, dice que soy muy buena en lo que hago. Pero es mentira.

En el amor, soy una mierda. Ningún novio.

Y nadie ha hecho el intento de acercarse a mí.

¿Tan mal partido soy?

¿Tan fea y Horrible, soy?

Al final del día lo único que hago, es cortarme y ver a mi mascota que está siempre a mi lado.

Y llorar junto con él.

El ver mi sangre escurrirse por mis muñecas y pantorrillas, hace que me calme y piense que mis problemas están resueltos.

Un día un psicólogo me dijo que al cortarse, el cuerpo libera endorfinas. Y las endorfinas curan el dolor. Fue un idiota al decirme eso, pues diario empecé con cortarme.

Camino por el parque, sola.

He decidido al fin decir adiós a este mundo.

Llego a casa de mis padres y como no hay nadie decido ir a mi habitación y recordar los momentos felices que viví de mi niñez, y después recordar los gritos y los golpes de mis padres en mi adolescencia y simplemente, salir de ahí con un nudo en la boca.