¡Ring ring ring!.
Me despierto por culpa del odioso despertador.
Otro día de universidad me espera.
Con pocos ánimos me levanto , la madera fría cruje bajo mis pies mientras me acerco y la descorro las cortinas.
No hay mucha luz por el echo de que son menos de las seis de la mañana y solo una farola alumbra la calle.
Salgo descalzo de la habitación y entro en el baño para ducharme.
Entro y me quedo mirándome en el espejo. Soy alto , cuerpo bien formado para mis 18 años , tres tatuajes (un atrapa sueños en el hombro izquierdo, el nombre de mi hermana ,de mi madre y de mi padre en el abdomen derecho y un ángel junto a un demonio en el brazo derecho), pelo rubio de puntas y ojos azules claros. Me quito lo que me queda de ropa y abro el grifo y me siento en la bañera mientras el chorro de agua caliente cae sobre mi cabeza...
Unos 20 minutos después salgo del baño ya vestido con mis jean azules, mis vans rojas a conjunto con mi polo del mismo color. Bajo las escaleras y antes de llegar al último escalón una voz me sobresalta.
-¡Nick!-. Grita mi amigo Thomas.