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El día de la boda de Louis y Liam era San Valentín.
Niall sabía que tenía ya poco margen para sorprender a su marido, a dos semanas de la fecha prevista para que naciera la niña.
Harry sin embargo se levantó de buen humor y enérgico. Niall le ayudó a vestirse antes de ir por Louis.
Harry había encargado un traje negro. Pantalón negro de vestir y camisa muy amplia negra, opaca por la parte superior y transparente dejando ver la barriguita. Y una chaqueta. Llevaba el cabello suelto y Niall no podía dejar de mirarlo.
En casa se intercambiaron los regalos. Niall le había comprado un iPhone nuevo y Harry un abono de fútbol.
El día se prestaba al romanticismo. Harry se sintió un poco inseguro una vez con tanta gente. Caminaba torpe. La camisa que en casa le había parecido elegante y sensual ahora le parecía que exhibía demasiado su barriga, que se notaba muy sobresaliente y hasta picuda.
La niña además se movía muchísimo. Apenas tenía ya espacio. Y empezó a preocuparse por si le entraban las ganas súbitas de hacer pis.
Pero Niall le dirigió una mirada cálida y Harry se tranquilizó.
Se sentaron a comer. Harry se sirvió agua y le llenaron la copa a Niall de vino.
-¿Te importa que beba un poco? No bebo vino desde Nochevieja.
-Es la boda de nuestros mejores amigos. Claro que no me molesta.
Niall le miró y Harry sintió que se derretía.
-Estás espectacular hoy. Todos deben envidiarme por el marido que tengo.
Harry se ruborizó y Niall le acarició la pierna por debajo de la mesa, provocándole una oleada de calor.
Niall lo estaba pasando genial. Y la unión de la boda y San Valentín propiciaba un ambiente de romanticismo y tonteo con Harry que le estaba agradando muchísimo. Sobre todo porque Harry parecía devolverlo y además se veía genial.
-¿No serán muchas horas sin descansar? -dijo acabando de comer y bebiendo un trago de champán.
-Estoy muy bien... De hecho quiero bailar.
Niall se entusiasmó con esa actitud. Bailar.. Bailaron un par de piezas y obligó a Harry a sentarse un poco.
-Quizás deberías haber dormido una siesta... -Niall le besó y le mordisqueó suave la oreja -¿te he dicho que estás guapísimo hoy?
-Tú más... Dios, Niall, no te lo vas a creer pero...
Niall se distrajo besándolo. Harry apartó los labios y acercó su cara a la de él.
-Me están entrando ganas.
-¿De qué? -se rió Niall. Se apartó un segundo para coger su copa. ¿Otra vez vacía?
-De hacer el amor.
Niall dejó la copa bruscamente sobre la mesa.
-¿De hacer... El amor?
-Sí, yo... Todo es tan romántico hoy...
Niall volvió a coger la copa vacía y a dejarla. Buscó palabras en su mente pero le costó un poco.
-No más champán -dijo. No debería haber bebido con Harry tan avanzado. -beberé un poco de agua...
Harry se acercó y le besó. Niall le devolvió el beso.
-Te pones sexy cuando estás un poco bebido... Y te pones caliente.
-Tú me pones caliente -dijo Niall besándolo.
-Qué casualidad. Tú a mí también a mí.-Estás cansado y yo estoy un poco mareado... Mejor vamos a acostarnos.
-Esa me parece una gran idea.
Niall se levantó y le cogió la mano. Fueron directos a la habitación que les habían asignado. Niall cerró y sonrió mirando a su marido.
-Estarás cansado...
Harry se desabrochó la camisa, se sentó sobre la cama y se quitó los pantalones.
-Estoy muy bien... Muy... -Harry tomó aire -Eileen esta dormida pero su papá tiene mucho calor... Y muchas ganas de... Ven aquí.
Niall corrió a su lado, y Harry le besó con la lengua. Le empujó a la cama. Niall comenzó a besarle pero no lograba evitar la barriga.
-Lo siento, estoy enorme...
-Ya lo he notado -se rió Niall sujetando su erección. -enorme y duro... Como más me gusta...
-Tonto... La barriga...
-Espera... Puedo hacer como en Nochevieja...
-No, no, no. Quiero todo.
Niall se incorporó sobre la palma de la mano.
-¿Todo?
-Que me penetres. Que me hagas el amor. Todo.
Niall se mojó los labios. Su parte racional decía no pero su pene y sus hormonas decían si.
Y ni que decir quien tenía las de ganar.
-Será mejor que te pongas de lado. Así no aplasto la barriga.
Harry asintió y se tumbó sobre el lado derecho. Niall se pegó a él y buscó el lubricante. Harry gimió.
-Dios... Hacía tanto... Tanto...
Niall introdujo el lubricante con los dedos. Harry se estremeció.
-Estoy muy sensible.
Niall asintió y entró despacio. Se deslizó hasta encajarse dentro y sintió los músculos internos de su marido acomodarse a él.
-Dios... Echaba esto de menos..
Harry soltó el aire.
-Empuja... -dijo Harry jadeando.
Niall se movió un poco hacia fuera, luego empujó levemente hacia dentro de nuevo. Harry gritó.
-Sigue así..
Niall se movió lo más suave que pudo, mientras le cubría de besos. Sólo dos penetraciones después y Harry alcanzó el orgasmo, gritando su nombre.
-Dios... Estoy... Cansado... Satisfecho... -Harry apenas vocalizaba. Sintió a Niall terminar tocándose y luego besarle.
-Te amo... Ha sido... Perfecto.
-Niall... Genial..
Harry estaba sonriendo aún cuando sintió el pinchazo. Había sido distinto de los anteriores que había tenido y no se parecía a los gases. Había sido repentino y como profundo, como si durante un breve instante alguien le hubiera hecho un corte ràpido.
-¿Pasa algo? -preguntó Niall.
-No... -Harry se tumbó de lado de nuevo. Ya la había liado. Ahora habría provocado un pinzamiento muscular o algo y Niall se iba a sentir culpable. -sólo estoy cansado. Mejor durmamos.
Niall asintió y le abrazó.
Una hora después Niall dormía feliz a su lado pero Harry no podía. Los pinchazos habían seguido de manera intermitente pero no habían parado. Eran intensos y molestos. Además la niña estaba despierta. Se había movido mucho e incluso Harry había notado movimientos extraños. Bruscos.
Se destapó y pensó en ir al baño. Quizás sólo fueran gases. Se sentó, agarró los pantalones del pijama y la camisa y se levantó.
Otro dolor. Se incorporó.
Y sintió el peor dolor que jamas hubiera imaginado que pudiera existir. Como si le estuvieran abriendo entero desde el interior para partirlo en dos. Sintió como si algo se quebrase en él y una humedad que cayó a chorro como si se estuviera haciendo pis.
Se le doblaron las piernas.
Niall se despertó con el grito de Harry. Su marido estaba sentado en el suelo, rodeado de una especie de charco y con el rostro desencajado.
-Niall, no me siento bien.