Corazón Negro

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¿Quién va a la escuela en domingo? Yo. ¿Por qué se me ocurrió mezclar sodio con agua en clase de química? Ah sí, alguien dijo que sería divertido hacer una pequeña explosión a mitad de la clase. Y, gracias a eso, el trabajo comunitario por un fin de semana no se había hecho esperar.

Llevaba puesto el uniforme escolar, caminando de vuelta a casa por la vereda casi vacía, alrededor de las «8:00 p.m.», cuando mi día se terminó de arruinar por el agua que caía a mares en forma de lluvia.

«Mierda». Corrí como loca las calles que quedaban y llegué al pórtico un poco empapada. Estrujé con las manos mi falda para exprimir el agua, y después hice lo mismo con mi cabello. Saqué la mochila de mi espalda y busqué las llaves de casa; cuando las encontré, metí la llave a la cerradura y entré, estrepitosamente.

Cerré la puerta tras de mí y encendí las luces con el mando a mi izquierda. No había nadie, lo cual me alivio. Sería horrible haber visto a mamá partiéndose de risa por mis tragedias.

Caminé a la isla de la cocina para dejar mis llaves. Me senté en un banco alto que estaba cerca. Recargué mi mochila en la encimera y saqué mi celular; la funda de goma lo había protegido casi por completo del agua. Encendí el Wi-Fi y un millón de notificaciones empezaron a inundar el silencio perpetuo de la habitación. Las revisé detenidamente: Facebook, Twitter, Juegos, Wattpad, pero nada, nada era lo que yo buscaba.

Dos días, ya habían pasado dos días desde su retraso para actualizar. Y a pesar de que ella prometió subir capítulo martes y viernes, habían pasado horas en las cuales la historia se vistió de luto por no tener nada nuevo que ofrecer.

Miré la pantalla del móvil, "DESTELLOS EN LA OSCURIDAD: La ira de los silenciados" era una de las novelas que más habia llamado mi atención en Wattpad, no solo por el género en el que se encontraba, si no a demás, por el misterio, el suspenso y la trama cautivadora de un mundo con magia.

Recuerdo que la descubrí por casualidad, un día navegando en Facebook, cuando apenas mis escritos eran ilusiones vagas que no encontraban su punto de reunión; ya había dado por hecho que publicaría mi primera obra en dicha plataforma, pero aún me encontraba reacia ya que no tenía estructura o una trama fija. Aun así, poco a poco me fui incluyendo a grupos donde miles de escritores —con la misma intención que yo— pedían su opinión sobre varias partes de sus obras, portadas, diálogos, y demás. Y fue ahí donde la encontré. Una publicación para promocionar una obra, donde incluía la sinopsis y la portada. Pero no fueron las palabras las que me cautivaron, no. El meticuloso detalle con el que habían creado la portada, el fondo, los dijes, pero sobre todo, los personajes.

No fue por Lily Collins, ni por Jackson Rathbone, fue por el aclamado Lee Min Ho, ese actor que para la mayoría de los usuarios era desconocido, el mismo que me recordaba a mi primer drama «Boys Over Flowers» y por el cuál, con un click comencé a leer.

Desde el prefacio era atrapante, con una fluidez de palabras digna de cualquier escritor de renombre; algo maravilloso y único. En ese momento, la continuidad de los capítulos era irregular, pero no importaba, se había vuelto una de mis obras favoritas.

Con el pasar del tiempo, la escritora decidió que a los capítulos les hacían falta puntos clave, motivo por el cuál, de estar en el «capítulo 16», la historia se quedó sin nada y empezó desde el principio, otra vez.

Y a pesar de que tardo algo de tiempo en remasterizar la obra, Karin, la escritora, continuó actualizando de manera regular, hasta hace dos días, y volvemos a donde empezó.

De acuerdo, estaba siendo paranoica, muchos escritores en Wattpad tardaban una eternidad para subir nuevo capítulo. Yo misma lo estaba haciendo en ese momento a un mes de mi última actualización, pero no importaba, algo en mí no se sentía bien, me decía que no estaba bien.

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