Celestial Fire (8)

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8-Desesperado
Se despertó después de pasar una de las mejores noches de su vida, estaba claro que el aroma de Lucy le daba cierta paz y lo dejaba totalmente tonto, era como una droga, cada vez que tenía la oportunidad, lo aspiraba hasta llenar sus pulmones, se saciaba por un rato y lo dejaba ir, pero luego de unos instantes regresaba la necesidad de sentirlo de nuevo.
Se levantó, cargo a la chica, la coloco en la cama y la acomodo, la observo un momento y luego de apartar un mechón que surcaba su rostro salió por donde mismo había entrado. Después de todo, él era Natsu Dragneel, no sabía el significado de la palabra normalidad.
No estuvo mucho tiempo en el gremio, hoy hacia demasiado ruido, y el necesitaba hacer eso que casi nunca hacía, pensar, aunque, todavía no sabía en qué.
Oye, ojos bizcos, qué haces aquí afuera? No deberías estar armando escándalo en el gremio?-pregunto la voz de Gray a sus espaldas.
Eh?, ah, Gray, eres tu-dijo el mago de fuego con evidente desinterés, pero aun así reparando en que estaba solo...que raro.
Qué ocurre? Estas enfermo?-dijo sentándose a su lado.
Nop, estoy pensando-respondió el peli rosado.
Qué?, oh dios si que estas enfermo, ven te voy llevar con Wendy, ella debe poder curarte, aunque, tal vez es terminal, los síntomas son graves.
Jajaja, no estoy de humor, pervertido. El mencionado suspiro y se preparó para hacer algo de lo que se iba a arrepentir, pero, al fin y al cabo, él era su amigo, por mucho que discutieran, si no estaba Natsu, no tendría a nadie para divertirse, pues pelear con Erza era un deporte de riesgo, y con Juvia jugaba a otras cosas.
Quién es?-pregunto al fin, recibiendo una mirada extraña del otro.
Quien es qué?
La persona que te gusta-aclaró el trigueño.
A mí? Nadie, que estás diciendo?
Tu mirada, es la misma que tenía yo cuando me di cuenta de que Juvia ya no era tan molesta, de que, me gustaba, y ahora mírame. Por eso te pregunto, aunque por lo que veo, ni tú mismo lo sabes.
A mí no me gusta, solo me cae bien y no tengo la mirada de idiota que tenías tú cuando te dio por jugar a las casitas con Juvia, yo no me siento así por ella-protesto el pensativo.
Claro, lo que tú digas, pero, cuando te des cuenta no me digas que no te lo advertí-sentencio y se fue.
Natsu se quedó dándole vueltas a eso por un rato más. Lo que Gray decía era una locura total, digna de alguien como él, y si se creía que le iba a hacer algún caso, estaba bastante equivocado.
Lo único que él sentía por Lucy era amistad, simpatía, y un especial cariño por su olor, pero nada más. Además, todavía no estaba tan desesperado como para tener que pedirle ayuda a semejante espécimen...aun no...o, eso creía.

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