Saltos temporales

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ACLARACIONES: Este capítulo incluye viajes en el tiempo y saltos temporales, elementos que pueden generar dudas, espacios en blanco e inconsistencias. En ocasiones, estos saltos temporales pueden resultar complicados de explicar y llevar mucho tiempo hacerlo. Por lo tanto, en este capítulo se han resumido para evitar sobrecargar la trama original y garantizar su coherencia.

Sin embargo, al final de la historia, se abordarán de manera más detallada y específica estos viajes temporales para resolver todas las dudas que puedan surgir. Esto se realizará en capítulos posteriores dedicados exclusivamente a explicar estos eventos temporales.

Espero que esta aclaración sea útil y ayude a comprender mejor el enfoque de los viajes en el tiempo en este capítulo. Si tienes alguna otra pregunta o necesitas más detalles, no dudes en decírmelo.

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Iris se encontraba sumida en un torbellino de pensamientos mientras trataba de idear un plan para rescatar a sus compañeros. Sabía que no podía enfrentar esta situación sola; necesitaba ayuda, y no de cualquiera, sino de los más poderosos. Con determinación, Iris decidió teletransportarse a su escuela, específicamente al lago de la laguna, en busca de un objeto que conocía muy bien: la alfombra del tiempo.

La alfombra del tiempo era un artefacto que Iris había utilizado en múltiples ocasiones en el pasado. Aunque había intentado cambiar eventos y alterar el curso de las cosas, había aprendido que cualquier modificación, por pequeña que fuera, podía tener consecuencias impredecibles. La única alteración que había mantenido en sus múltiples intentos era la despedida de Saevin. Aprendió a las duras que cambiar el pasado no era tan sencillo como parecía.

Con determinación, Iris se sentó sobre la alfombra del tiempo y pronunció el año al que quería regresar, invocando las palabras clave para iniciar el pequeño viaje temporal.

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Varias décadas atrás, cuando Iris aún era una aprendiza de primer grado, la Torre estaba repleta de vida, con Dana y Kai aún presentes como los guardianes del conocimiento. Sin embargo, ninguno de sus amigos, exceptuando a Jonás se encontraba en la Torre en ese momento. Fenris había partido en busca del lobo blanco, Salamandra lo seguía de cerca, y hasta su compañero Conrado estaba estudiando en su propia casa. Nawin había ascendido al trono como la nueva reina de los elfos, y Morderek estaba desaparecido. Todo parecía estar igual que décadas atrás.

Decidida pero cautelosa, Iris tomó la alfombra mágica y se teletransportó hacia la Torre. Sabía que debía evitar ser vista y alterar el pasado, pero necesitaba urgentemente hablar con la Gran Dama del Dragón y señora de la Torre, la impresionante Archimaga Dana.

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-Entonces, ¿nos estás diciendo que eres una Iris del futuro y que debemos ayudarte porque tú y tus amigos están en peligro? -preguntó el gran dragón dorado con un tono incierto.

-He intentado de todo, mil formas, pero no es posible volver en el tiempo sin alterar demasiado las cosas -explicó Iris con calma.

-¿Y qué te hace pensar que esto funcionará? -preguntó Kai.

-No lo sé, pero tengo que intentarlo -respondió Iris en un tono suave, determinado.

-De verdad... he visto a Dana hacer cosas impresionantes, y llevo años viviendo en esta escuela, pero hay cosas que se me escapan de la magia -bufó un poco el dragón, mostrando su escepticismo.

Dana meditó sobre las palabras de Iris, consciente de lo que le estaba pidiendo y de las posibles consecuencias. Acarició la cabeza de Kai con ternura, buscando calmarlo.

-Te ayudaremos -dijo Dana con calma. La mujer tenía largos cabellos negros, como el ala de un cuervo, y no aparentaba más de treinta años. Vestía una túnica blanca, poco característica para su rango de archimaga, pero que le permitía comprender la situación de Iris en sus ojos. Veía verdad. Aunque el dragón la miró con incredulidad, Dana continuó hablando-. Si puedo hacer algo para ayudaros, lo haré. Entiendo que después de esto, tratarás de borrarnos la memoria, ¿verdad?, para no alterar lo que tiene que pasar -advirtió la señora de la Torre.

-Muy a mi pesar, sí -respondió Iris con suavidad.

-No te preocupes -dijo Dana con una cálida sonrisa-. Pero necesito saber cuánto tiempo llevará. ¿Horas? ¿Días? Tengo una Torre llena de aprendices, como sabrás, no puedo desaparecer sin dar aviso -añadió con serenidad.

-El tiempo será similar al que pase. Espero que no sea más de unas horas -respondió Iris, algo preocupada.

-Entiendo. Avisaré a Jonás de que estaré algo ausente -aseguró Dana con firmeza, pero entonces percibió la mirada de preocupación en los ojos de Kai.

-Kai, no hace falta que vengas conmigo. Entiendo que... -comenzó ella, pero fue interrumpida por el dragón.

-No, Dana. Siempre iré contigo. Nunca te dejaré ir -declaró Kai con determinación.

En ese momento, Dana acarició la cabeza del dragón con cuidado y le sonrió. Luego se dirigió a Iris.

-Entonces, ¿empezamos?

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UNA CONVERSACIÓN ENTRE DANA, IRIS Y LA ESCRITORA:PESADEZ


Escritora: ¡Iris, mi valiente aventurera! ¿Estás lista para la misión?

Iris: Sí, pero ¿tienes idea de lo pesado que es cargar todo esto? y el pestazo que hecha esta alfombra sucia.

Dana:  No le pidas demasiado, está haciendo lo que puede.

Escritora: ¡DANA! ¡Qué alegría verte! Bueno, ya sabes cómo es, ¡siempre llevando las cosas al extremo!

Dana: Un placer estar de vuelta, aunque sea para cargar  una  alfombra mágica.

Iris: Pues pongo los chismes estos en el lomo de Kai 

 Dana: Nooo.

Iris: Es que pesa mucho...

 Escritora: Iris no es para tanto... pareces una abuela...

Iris: Pues no se crea un conjuro o algo para cargar esto, quiero dejar de parecer una campeona  de levantamiento de peso

Escritora:Va va va, Dana ¿Haces los honores? 

Dana: ¡Listo Iris, he usado un conjuro para que puedas cargar las cosas sin que te duelan los brazos! ¿Y tú, escritora, qué tienes planeado para mí?

Escritora: Oh, no , una buena escritora nunca revela sus secretos ni da adelantos, pero ya que lo mencionas, ¿te gustaría morir de nuevo de manera dramática o algo más simple?

Dana: ¡¿QUÉ?! ¡No, no, no, por favor, no otra vez!

Iris: ¡Ves, siempre hace de las suyas! ¡Te mandara a hacer el baile de la patrulla canina cuando menos te lo esperas!

Escritora: ¿¡QUÉ!? ¡Nooo, nooo! Aunque lo del baile de la patrulla canina suena tentador... ¡Bueno, bueno, me largo! ¡Tengo que escribir cómo Fenris muere!

Dana: ¿¡QUÉÉÉÉ!?

Iris: ¡Noooo!

Escritora: ¡Ja, ja, ja! ¡Es broma, es broma! ¿O no? ¡Les dejo, chicas, que les vaya bien! ¡Cuidado con la alfombra!

Crónicas de la Torre: LisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora