85 céntimos

"¿Cuánto me pagarías?"

Kim Kibum estudiaba diseño.

Kim Kibum necesitaba un modelo para su último proyecto, con el que se ganaba la nota final del curso.

Kim Kibum pensó en su amigo Minho, el cual ya había modelado sus diseños una vez, puesto que con él tenía asegurada su nota al ser condenadamente alto y tener aquel porte que hacía que su profesora se derritiera en suspiros.

Pero Kim Kibum sufrió una revelación al entrar en aquel autobús y ver al conductor.

Aquel conductor con ojos grandes, pelo castaño y labios que podian conseguir perfectamente la paz mundial. ¡Que labios!

Sólo con aquella gorra y ese uniforme se veía tan genial como para ser portada del Men's health sin lugar a dudas. Si podía darle esa increíble sonrisa a una anciana antes de pagar por el billete podía ser las portadas de todas las revistas que se le viniera en gana.

Kim Kibum lo necesitaba como modelo.

Era una necesidad.

"Son 85 céntimos" El conductor extendió la mano, esperando porque aquel moreno de piel delicada posara el dinero.

Era ahora o nunca.

"Perdona... ¿Te interesaría ser mi modelo?" Soltó sin más, sobresaltandolo.

El conductor emitió una confundida risa, sin quitar la mano de su lugar. "¿Qué?" Preguntó con un tono entre divertido y confuso, de seguro pensando que era raro. ¿quien no lo pensaría?

Como si fuera normal que un joven te ofreciera ser su modelo cuando lo que esperabas era en verdad que te pagara el billete de autobús.

"Necesito un modelo para mi trabajo de fin de carrera y tú , tú, eres perfecto" Delineó esa palabra con sus acorazonados labios, como si sólo así él contrario fuese a aceptar.

"Es una broma o ..." Pudo ver un atisbo de duda en los ojos del apuesto conductor antes de que preguntara: "¿Cuanto me pagarías?"

Oh.

Mierda.

Bueno. Eso era un problema.

"... ¿85 céntimos?"