La primera vez que Jimin vio a Yoongi llorar fue cuando la abuela de Yoongi murió mientras ella dormía. Jimin abrazaba a Yoongi por las noches, acariciando al mayor a manera de un consuelo que no estaba seguro de poder ofrecer, pero se aferró a Yoongi como si su vida dependiera de ello.
Colocó besos a lo largo de sus agrietados labios y sus hinchados ojos. Dejó marcas de un amor roto sobre toda aquella extensión de blanca porcelana hasta que Yoongi hipó de agotamiento y cerró sus ojos para descansar. Jimin nunca dejó su lugar de la cama, abrazando su calor contra el fantasma triste de Yoongi y se quedaba abrazado hasta que se dispersaba en hermosos sueños de rostros sonrientes y ojos en forma de media luna.
Yoongi finalmente dejó de llorar después de una semana, los hinchados ojos ahora remplazados a un polvo de estrella que regresaba y que inundó al castaño. Los profundos océanos de los que Jimin primero se enamoró – todavía dejaba una sensación de cosquilleo dentro de su estómago que se volcaba y giraba violentamente – volvieron a saludar a Jimin por las mañanas y se despedían de Jimin por las noches cuando ambos se iban a dormir.
Yoongi volvió a producir música, escribiendo hasta el ascenso de la luna y descansando cuando el sol se asomaba por el horizonte. A veces, días sin descanso. Dejando a Jimin solo dentro de sábanas frías y oscuras paredes. Jimin no se quejaba, porque a pesar de que Yoongi amaba a Jimin, Jimin nunca podría remplazar el primer amor de Yoongi, y ese era la música.
Así que lo dejó pasar. Atravesó noches incómodas que estaban llenas de comida china para llevar y repeticiones de programas de televisión. Se despertaba con el sonido de los pájaros que cantaban, pero con un espacio vacío en la cama y fruncía el ceño ante el espacio hueco, con un sentimiento de ardiente anhelo a través de sus fríos dedos.
Había días en los que Yoongi se iba por semanas, limitando un mes con muy pocas llamadas telefónicas, mensajes y correos electrónicos. Esos días fueron los más difíciles, pero Jimin todavía no dudaba. Se aferraba al simple hecho de que Yoongi volvería con agresivos besos amorosos y manos a través de su piel desnuda.
Jimin succionó sus afelpados labios, labios que fueron utilizados para recitar versos ardientes en pistas fabricadas propiamente. Gimió en los dedos que jugaban con él como una de las complejas mezclas de Yoongi y jadeó en el cuello que trabajaba tan arduamente a altas horas de la noche. Jimin amaba a Yoongi y no iba a dejar que ese sentimiento ineludible se disipara, aunque sabía que la relación era cada vez más tensa con cada cierre de puerta, con cada giro de la espalda de Yoongi.
No, no, no puede dejar a Yoongi.
Jimin encontró un trabajo de camarero. Estaba empezando a sentirse demasiado solo dentro de su departamento compartido, un departamento que estaba destinado a albergar a dos, pero que se sentía como un hogar sólo para uno. Escogió el trabajo para entretenerse, horas de trabajo que lo dejaron sentirse drenado. Pero, ese era el punto. Quería quedarse dormido sin muchos pensamientos, sin el pensamiento de extrañar a Yoongi, pero se dio cuenta que si no extrañaba a Yoongi cuando estaba despierto, extrañaba a Yoongi cuando dormía.
Sueños de los abrazos de Yoongi y de los labios de Yoongi. El momento en el que se conocieron en el campus de la universidad. Sueños nostálgicos que tocaban su corazón en una rota sinfonía. Como arpas tocadas por tristes ángeles y demonios que cantaban sus hermosas canciones. Soñaba con fuegos artificiales en su primer aniversario y camiones de mudanza en su segundo aniversario.
Cuando despertaba, los sueños se convertían en pesadillas. Una fugaz felicidad reemplazada por una permanente tristeza, un compañero faltante que era su pareja. Alas que estaban rotas, deshilachadas y quemadas. Ojos de océano que no podía ver cuando el borde de los sueños escapaban por sí mismos, temeroso de desmoronarse – temiendo que su relación se desmoronara – pero Jimin seguía adelante, aún con fuerza.

ESTÁS LEYENDO
[Yoonmin] Ahogándome en tus profundos océanos
FanfictionUn ángel no debe llorar tanto como tú lo has hecho por mí. Cuando Jimin no encuentra razones para quedarse. Esta historia es una traducción, la autora es "heukhaneul", y pueden encontrar el escrito original aquí: http://archiveofourown.org/works/4...