-Oigan... -dijo Guillermo mientras intentaba quitarse el sueño de encima. Estaba desayunando como cada mañana, pero no había dormido bien la noche anterior ya que se había quedado hablando por WhatsApp con Samuel- ¿Puedo pedirles algo?
-¿Qué cosa, hijo?
-Pues, verás papá... -aclarándose la garganta, tomó su vaso de jugo para beber un gran sorbo antes de seguir- Ya saben que Samuel se va el domingo a Francia y no tiene idea de cuándo va a volver...
-¿Y qué hay con eso? –interrumpió la mamá.
-Que quedan pocos días para compartir con él. Bueno, para ser exacto, dos contando este.
-Sé claro, Guillermo –dijo el padre con firmeza.
-¿Puedo quedarme a dormir con él hoy? –lo soltó tan rápido que dio un gran suspiro de alivio una vez terminó la frase. Comenzó a sentir que se sonrojaba, así que bebió otro gran sorbo de zumo.
-Bueno, no sé, hijo. Yo... -intentó explicar el papá.
-Claro que puedes, Guillermo –la madre volvió a interrumpir. El padre no quiso contrariarla, así que sólo dedicó una sonrisa a su hijo que, gracias a la respuesta positiva, se veía ahora más despierto.
Sus amigos habían hecho tantos planes para este fin de semana, pero Guillermo sólo respondía 'Después del domingo podré' o 'Estoy ocupado hasta el domingo'. En el instituto Frank le habló sobre ir a casa de Alex para jugar al GTA, de un almuerzo que habían organizado en su casa. Durante el almuerzo Mangel los invitó a una fiesta en el hangar que harían por la noche. Pero Guillermo ya tenía panoramas para su fin de semana y en todos ellos sólo estaban Samuel y él.
Las últimas dos clases estaban siendo extremadamente largas otra vez. Parecía que las manecillas del reloj iban cada vez más lento. Guillermo ansiaba tanto salir pronto para encontrarse a Samuel fuera del instituto esperando por él. Quería verlo otra vez, quería sentirlo tan cerca. Se dio cuenta que estaba así de desesperado a pesar de que había pasado sólo un día sin verle. Al pensar en que ahora estaría en Francia un tiempo, que podían ser incluso semanas, un escalofrío lo estremeció por completo. Creyó que durante todo ese tiempo estaría completamente perdido en el espacio y tiempo. Se estaba haciendo adicto a Samuel, completamente dependiente. Y no le importaba porque lo único relevante era tenerlo cerca, pero en situaciones como éstas, se veía en problemas. 'Tendré que salir mucho con los chicos' pensó. '¿Y si no llega para mi graduación?'. El timbre que daba por finalizada la clase sacó de sus pensamientos a Guillermo. Guardó rápidamente sus cosas y se despidió de Frank aún estando dentro del salón. A paso rápido por fin logró llegar fuera del instituto.
No tuvo que cruzar la calle esta vez. Samuel había estacionado la camioneta justo en frente de la puerta principal. Estaba esperándolo de pie, con una mano en el bolsillo del pantalón y con la otra sosteniendo el móvil. Cuando levantó la vista de éste, se encontró con un Guillermo a punto de llorar de felicidad frente a sus ojos. Sin tardarse más, el menor corrió a abrazarlo. 'Te extrañé, te quiero mucho' no dejaba de repetirle.
-¿Vamos a tu casa primero, cierto? –preguntó Samuel cuando estaban doblando en un semáforo muy cerca del instituto.
-Sí, sí. Tengo que ir a buscar mis cosas. ¿Cómo te fue en Barcelona?
-Muy bien, ya tengo todo. Tenía que ir a buscar unos papeles a la universidad.
-Qué bien. ¿Puedo poner música?
-Y me lo preguntas... -rio el mayor.
Guillermo abrió rápidamente la puerta de casa dejando a Samuel atrás. Saludó a su mamá que estaba sentada en el sofá y subió inmediatamente a su habitación. No quería perder ni un segundo de su tiempo. Vació su mochila dejando todo sobre su escritorio, sin importarle dónde caía cada cosa. Tomó su pijama, una toalla de cara, ropa para el siguiente día, su cepillo de dientes y echó todo dentro de la mochila. Se le estaba quedando el cargador del móvil que lo vio sobre su mesita de noche. Revisó que estuviera todo en orden y que nada más se le olvidara. Salió de la habitación y se encontró a Caro en el pasillo.
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De Azúcar Y Nieve (wigetta)
FanficGuillermo, un chico que oculta una etapa oscura de su vida, se ha acostumbrado a vivir consigo mismo y las pocas personas que lo rodean. Sujeto a la rutina y a su cuaderno que lo ha acompañado desde siempre, intenta sobrevivir cada día de su vida. F...