Sábado 21/07/2012

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-Mariel, apurate quiero llegar ya- chille un tanto desesperada

Hoy iría con mi prima a comprar algunas cosas por las cuales llevaba ahorrando meses. Pero mi querida prima (no tan querida en estos momentos) se retrasaba mucho. Llevaba más de dos horas metida en su habitación, ¿Qué hacía? Simple, arreglarse según ella, pero para mí solo perdía el tiempo. Siempre salía igual que hace dos horas atrás, y eso me desesperaba. Nunca he entendido porque las chicas se tardan demasiado arreglándose. Según mi prima, "toda chica se tarda arreglándose", lo que para mí era una estupidez ya que yo no me tardaba más de 30 minutos, o acaso ¿Soy hombre?

-Ya voy, solo cinco minutos más- me grito desde su habitación.

-Eso dijiste hace media hora, carajo- le grite desesperada.

-Cuida esa boquita, apenas tienes 12 años, joder- me dijo mientras salía de su cuarto yo solo rodé los ojos.

-Solo dame el ejemplo, Joder- le solté la ultima palabra imitando su voz, y ella solo soltó una risita al igual que yo.

-Ya vámonos, pequeña- solo asentí

Mi prima era mayor que yo, solo por 8 años. Pero a pesar de la edad, éramos inseparables. Siempre me contaba todo, y cuando digo todo, es todo. Mas de una vez necesite de una buena terapia de peliculas infantiles para olvidar el trauma que mi prima me causaba al hablarme de sus relaciones.

Yo solo tenía 12 años y ella ya tenía 20.

La mire mientras salíamos de casa, solo llevaba puesto un pantalón color blanco y una camisa azul que hacia juego con sus pequeños tacones, y sobre ella una gran chamarra café y su pelo estaba recogido en un perfecto rulo. ¿Para eso demoro casi tres horas? simplemente no podía creerlo. Yo llevaba puesto un pantalón de mezclilla, una playera morada con una chamarra de piel negra, y unos botines negros con un poco, realmente muy poco de tacón y mi pelo suelto (como siempre). Y solo me demore 30 minutos, acaso ¿hacerse un rulo demora más de dos horas?

No reproche nada más, solo me dedique a hacer un inventario mental de lo que compraría en aquella plaza. Caminamos un buen rato hasta llegar a la estación de autobús y esperamos uno. No tardó en llegar. Mi lugar era junto a la ventanilla, siempre era así, me gustaba mirar por ella he imaginarme historias que nunca, nunca se cumplirían.

-Quede de ver unos asuntos en las oficinas- me dijo mi prima mientras me miraba.

-Ya me habías comentado- Le respondí mirándola- tranquila todo estará bien.

-Espero que cuando pase por ti no tenga que hacerlo en una delegación- reí por su comentario, simplemente me conocía.

-Espero lo mismo que tu- reí aún más junto con ella.

-No tardare mucho- me prometió- llegare antes de que dejes en la ruina a tu familia.

-Para eso solo necesito media hora- bromee

-Bien, estaré en quince- me pellizco las mejillas

Después de eso solo esperamos a llegar a nuestro destino. No demoramos mucho. Sonreía ampliamente mientras mi prima me dejaba en la entrada de la plaza.

-Prométeme que no haras ninguna locura- me dijo de manera seria mientras me miraba directo a los ojos.

-¿Yo? ¿Hacer locuras?- dije sarcástica.

El Primer Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora