Decidí llevar el botiquín conmigo y curarle allí tumbado. No quería que ahora hiciese ningún esfuerzo. Ya lo había hecho antes.
¿Cuánto tiempo llevaría el demonio en ella? ¿Habría estado a punto de venir a por mí cuando Luke he llegado?
La cabeza me daba vueltas sin control. Cualquier idea que tuviera tenía un callejón sin salida, y pese a que lo había intentado, no tenía ninguna conclusión sobre lo que haría después. Ni mañana, ni nunca.
¿Qué debía hacer? ¿Era normal que no tuviera nada en claro? ¿Debería entregarme? ¿Esperar?
-- ¿Luke? -- pregunté al no verlo en el sitio donde lo había dejado.
No se oyó ni su respiración, ni nada por su parte. Me había fijado en el hecho de que respiraba, y no era como en Crepúsculo. Sí, hubo un momento en que dude si lo hacía adrede o no.
-- ¿Luke? -- exclamé esta vez con voz de pito, recorriendo toda la habitación por si se había arrastrado.
-- Perdona, tenía que ir al baño.
Me sobresalté llevándome la mano al pecho, dando media vuelta instintivamente, y viendolo con el hombro apollado en el marco de la puerta.
Al ver que no reaccionaba, medio sonrió acercándose a mí. -- Kat, estoy bien.
Mis ojos se abrieron como platos. -- Pero te acaban de dar...
-- Una paliza. -- asintió, terminando la frase que yo no había querido pronunciar en voz alta. -- Lo sé, pero no soy del todo normal, ¿recuerdas?
Vacilé antes de decir algo. -- Tienes razón.
Ladeó su cabeza al ver lo que llevaba en la mano. -- ¿Ibas a curarme? -- preguntó con una sonrisa en la cara que me hizo avergonzarme al instante.
-- Sí. -- reconocí mirando a cualquier parte menos a él.
-- No es necesario, pero si quieres...
-- ¿Te duele alguna parte de tu cuerpo? -- pregunté, cambiando el peso de un pie a otro.
Pareció pensarlo unos segundos, aunque en la forma en la que me miraba también cavía la posibilidad de que no me hubiera oido.
-- No. -- negó con la cabeza, bajandola para volverla a subir enseguida.
Asentí, inspirando para tratar de calmarme. Ver mi ordenador hecho añicos no era algo que me apasionara, por lo que decidí ir a por una escoba y recoger para limpiarlo. Ya vería qué hacía luego. Por el momento, me había quedado sin portatil. Al menos lo importante, que eran fotos de mi trabajo, seguían en mi cámara.
-- Ahora vuelvo. -- murmuré al salir por la puerta.
Sabía que también tenía que hablar de lo ocurrido con Luke. Su opinión importaba, pero sólo quería oirla porque tenía la esperanza de que se pareciera a la mía.
-- Despertará en unas cuantas horas, un día como mucho. -- se aclaró la garganta.
-- ¿Cómo? -- pregunté, tratando de volver a la realidad.
Me puse recta mientras sujetaba el palo del recojedor como si lo que hubiera en él fuera a salirse.
-- Tu madre. -- se levantó del sillón desde el que me había estado observando todo este tiempo. Por alguna razón, no se había ido aún. -- No tardará en despertarse.
-- Eso es una buena noticia. -- asentí, volviendo a la faena al ver que tenía intención de acercarse. Nunca sabía qué tramaba hacer.
-- ¿Quieres que te ayude? -- se ofreció alargando su brazo en dirección a la escoba.
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No confies en los fantasmas || Luke Hemmings
FanfictionSolo una chica normal, en una casa no tan normal.