Tu Ley

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Me gustaría verte ingresar por aquel umbral, iluminando este cuarto con tu brillo, con esa aura blanca que emana de tu interior tan puro. Observar esa figura esbelta, sutil, suave, llena de amor, pasión, y miles de emociones que aceleran mi corazón; con tan solo oír tus pasos cerca, con tan solo pronunciar tu nombre moriría de alegría. Pero estas tan lejos y mi corazón no te alcanza que me siento desfallecer en el intento de seguir viviendo porque me lo pediste, porque fue tu deseo y para mi eso es una ley escrita con sangre en mi piel.
Tus ultimas palabras, el ultimo aliento que tus pulmones me dejaron escuchar; y sentir contra mi rostro tu respiración, lenta pero aun tibia.

Tu ley, me dejaste con tu ley de seguir viviendo por ti...pero a veces cuestiono tu propuesta. ¿Te preguntaste si seria feliz sin ti?...

No tengo cargos de conciencia porque sé que tú no me dijiste que sea feliz, solo te limitaste-o quizás las fuerzas no te alcanzaron para otra cosa- a decirme: vive por mí.

¿Cómo quieres que lo haga?, si mi vida eres tú.

Ahora vivo pero parezco muerta. Que vida es esta, tan fría, negra, sin sentido si no estas a mi lado. Mi mente se vuelve loca y por las noches te imagina, pero cuando el alba me toca, todo mi mundo se fulmina. Me acostumbre a no tocar y tan solo verte en alucinaciones ¿es que dios no se apiada de mi? o el también sigue tu ley de dejarme viva.

Estoy aquí...el aire comienza a correr y yo cierro los ojos como si tu suave tacto lo encontrara en él. Mis cabellos alborotados y mi corazón como loco otra vez. Como aquella primera vez que nos vimos, como aquel primer beso, como nuestra primera vez, como todos aquellos momentos a tu lado, todos regresan a mi y te veo, veo tu silueta a través de mis parpados y abro los ojos rápidamente y mi carne se estremece; un frio intenso recorre mi cuerpo. Se que eres tú. Cierro los ojos otra vez y te imagino abrazándome por detrás como solías hacerlo cuando yo cocinaba aquellos panqueques que te gustaban comer cuando llovía a cantaros y nos sentábamos en el sofá arropándonos con nuestros cuerpos mirando el pasto mojarse con cada gota.

Mi alucinación se termina y mi corazón vuelve a su latido común y por compromiso. Dime, ¿Por qué me dejaste con esta tortura a la que le llamo vida?- me agacho para dejar aquellas flores que tanto te gustaban- quiero una respuesta pero tan solo veo el frio mármol que tiene tu nombre tallado y la fecha de hace unos cuantos años...quisiera haberme ido contigo. Pero debo vivir, porque esa es tu ley.

- Mamá – el grito de mi hija me despierta de la nostalgia ¿La ves? ¿Recuerdas cuanto la queremos?- ¿mamá?... ¿Por que sale agua de tus ojos? – la pequeña Jessica a sus cuatro añitos es muy intuitiva, casi como tú; tiene tus ojos, tu sonrisa, tus labios y… obviamente tu nombre

- Mamá, hace mucho frio…vámonos- sonríe como lo hacías tú cuando querías algo. Ella es mi motivo y entiendo tus palabras. Me dijiste: “vive por mi” Porque sabias que esta pequeña poco a poco llenaría el vacio que dejaste en mi ser. Y no lo niego soy una madre orgullosa y amo a nuestra hija…pero como mujer me siento muy sola.

Se acerca a tu lapida y le da un tierno beso, se quita su bufanda y la cubre con ella.

- Listo, mami Sica ya no tendrá frio- mi corazón no lo resiste, mis lagrimas recorren mis ojos con tal intensidad y dolor. Pero no quiero asustarla debo ser fuerte por ella, por ti, por el amor que te tengo y que guardaré toda la vida. La observo otra vez y saca una foto, y la pega al costado de tu nombre. Fue aquel día hermoso en que nació, yo estaba tan alegre ese día y tu sonrisa, tus ojos se veían llenos de vida. Nuestra hija es bella y será una muy buena persona. No lo dudes… perdóname por no haberme dado cuenta hasta ahora. Mis lágrimas te lastiman, mi pena te duele más a ti que a mí. Perdón, por ser tan egoísta y pensar en mi sufrimiento. Sé que nos cuidas y estoy segura que siempre lo harás. Nuestra hija me toma de la mano

- vámonos mamá, mami Sica esta muy feliz.

- lo sé hijita… lo sé

Al fin entendí tus palabras, se que soy algo lenta a veces.

- Te amo, no lo olvides- grito con la esperanza que el viento te entregue mi mensaje

- Yo también, mami- agrega nuestra hija. Caminamos de regreso al auto.

Regresaré a vivir tu ley, aquella que me dejaste. Te amo Jung Jessica y estés donde estés viviré por ti, por mi, por nuestra hija. Y esta vez, no te preocupes… trataré de ser feliz. Descansa en paz y prepárate; porque algún día te alcanzare y al fin podremos estar juntas para la eternidad. Te amo y viviré, por que esa es tu ley y ahora no lo hago por compromiso sino por que tengo un motivo.

- Mamá, te ves muy bonita cuando sonríes

- De ahora en adelante será así hijita- ella me cubre con su calor y mi corazón se siente vivo, otra vez.

Tu LeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora