Capítulo 11

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-¿Qué hacés aquí? - dije patidifusa.

-Vivo aquí, aunque más bien en el pasillo de enfrente. - rebatio de mal humor.

Suspiré cansada.

-¿Qué hacés aquí Tayler?

Él me dedicó una sonrisa burlona y se abrió paso a mi habitación.

Se sentó en mi cama y examinó con la mirada el pequeño espacio.

- Claro tu siéntete como en casa.

- Gracias. - dijo con el mismo sarcasmo que había utilizado yo.- Pensaba que me evitavas.

Cerré la puerta y rodé hasta delante de él.

- ¿Por qué?

- No se, hacía tiempo que no me hablabas y ... te he visto con Damon Black.

¿Le había molestado que hubiera estado con ese imbécil?

- El señor Locky me dijo que le diera clases. Aunque no es plato de gusto y debería haberme negado.

Cogió un cojin y lo abrazó sin quitar los ojos de mí.

-¿ Por qué no lo rechazaste?

-No quería quedar mal con él profesor. Además, no pensé que sería tan idiota.

Tayler abrió la boca para decir algo pero de repente mi móvil comenzó a sonar en mi bolsillo.

Miré la pantalla y vi la cara de mi madre.

-Lo siento pero debo cogerlo. Es mi madre.

Asintió y salio de la habitación.

*Llamada telefónica

- Hola mamá.

- Hola hija, ¿Qué tal te va con Sebastián?

-Bien mamá, es majo y creo que las charlas de motivación me están mejorando.

-¿Todavía no puedes andar? Debería haber cojido a otro más adulto.

A veces me estresaba la poca paciencia de mi madre.

- Mamá esto no va de un día para otro. Pero no te preocupes.

La oí suspirar pesadamente al otro lado de la línea.

- ¿Qué tal está papá?

-No estamos hablando de tu padre ahora, sino de tu salud. Mañana tienes cita con el médico después de clase.

- De acuerdo, ¿Vendrás tu a por mi?

Se mantuvo un silencio por un instante.

-Irá tu padre. Tengo que dejarte pero acuérdate ¿si?

- Sí mamá.

*Fin de la llamada telefónica

A veces me molestaba la actitud de mi madre. La manera que tenía de esquivar los problemas y entre ellos a mi padre.

No se daba cuenta de que yo ya no era una niña, era legal y biológicamente adulta.

Por lo cual me daba cuenta de lo que pasaba a mi al rededor, de que mis padres ya no se amaban como antes y querían tomar caminos diferentes para rehacer sus vidas.

Separados el uno del otro.

No me gustaba la idea, pero lo aceptaba.

Siempre pensé que fue muy repentino y hasta hoy en día sigo creyendo que en parte fue mi culpa. No puedo evitarlo, pero prefiero no pensarlo.

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