CAPITULO 32
¿DÓNDE ESTOY?
Amargo y metálico, como cuando chupas tu propia sangre en un intento vano de que pare. Desesperante, como cuando el tiempo no pasa hasta que cierras los ojos. Miedo, un sentimiento vano de una oración sin una aparente conexión. Soledad, la amiga que vuelve y nunca se va.
No puedo moverme, no sé ni siquiera donde estoy. No puedo ni abrir mis ojos. Mis brazos están atados a algo, algo elevado. Creo que son cadenas. He intentado separar mis pies, pero nada. Creo que también llevo cadenas.
Oigo voces distorsionadas, luego pitidos y más tarde nada. Esa orden se repite como cuatro veces y sigo sin saber porque.
-Aún no ha....-
-Se supone que...-
-¿En verdad es...?-
-No, no pue...-
*Pi*
*Pi pi*
*Pi pi*
*Piiiiiii*
Y luego nada. Las voces son alternas, nunca dicen lo mismo, pero siempre son los mismos. Son voces de hombres. Todo el rato, todo el tiempo. Parece que la realidad se ha transformado en un loco algoritmo ficticio que amenaza con trastornarme en una locura pasajera.
Mi respiración va acorde con la tensión del momento, lenta y pasiva. Algo aprieta mis muñecas con una fuerza feroz que hace que una mueca se muestre cada tercer pitido. Cada vez más estoy segura de que lo que tengo son unos grilletes y no unas estúpidas cadenas.
¿Qué hora es? ¿Dónde estoy? ¿Cuánto tiempo llevo así? ¿Quiénes son esas voces? ¿Por qué esto me parece tan real que la irrealidad ha desaparecido en esta cara del plano?
Mi latido es marcado cada cinco segundos en mi mente. Lento, rápido, lento, lento, rápido. Una continuidad que no cambia. Mierda.
En momentos así no debería de sentir la fuerte presión que siento en mi corazón pero, algo me dice que es inevitable. Intento por novena vez abrir mis ojos, pero no puedo. No es como si tuviera una venda o algo, simplemente mi cuerpo no me hace caso, pasa de mí y no me obedece.
Intento oler las sustancias que hay en el aire, sin embargo solo puedo oler desinfectante y lejía. Una habitación herméticamente cerrada. No siento el tacto del suelo, solo sé que esta condenadamente frío. No obstante la temperatura de la habitación es media. Dieciocho grados tal vez.
Mi pelo acaricia mi espalda, por tanto no tengo la misma ropa que traía. ¿Debería de preocuparme por qué otra persona que no es Guillermo o Lucas me ha visto desnuda? En estos momentos creo que es una preocupación irrelevante.
Creo llevar una camiseta de tirantes anchos y los pantalones no me están ajustados a la cadera por tanto no sabría si son de mi medida o es que son así. Voy descalza, el frío del suelo se hace notar por la planta de mis pies.
No sé qué me pone más nerviosa, si los estúpidos pitidos o las voces de esos hombres. Lo raro de todo esto, si es que puede haber algo que no sea raro en toda esta situación, es que las voces no están en la habitación. Es como si estuvieran en la habitación continua pero puedo oírlas.
Algo en mí me dice que estoy siendo un animal en un zoo. Atrapada en una jaula y observada por muchos.
Los pies me dolían. Estaba sentada de rodillas y la circulación no fluía muy bien por mi cuerpo, no al menos por mis piernas. En un momento se dormirían, de eso era lo único que estaba segura. De eso y de las ganas de pegarle una paliza a Ojos Grises.
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POR SIEMPRE TE AMARE (Willyrex) # Segunda temporada de "Siempre junto a ti"
FanfictionSEGUNDA TEMPORADA DE "SIEMPRE JUNTO A TI" Ella. Él. ¿Como el amor puede desaparecer o quedarse tanto tiempo que duela? Para ella, un ser abocado a vivir por una promesa, su esperanza se desvanece poco a poco. La vida carece de sentido sin ti. Querer...