Introducción: Ella.

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Estaba cansado. No le di importancia y decidí seguir mi camino a lo que era un refugio con la persona a la que más aprecio le podía tener; Emra.
Estaba a punto de llegar cuando escucho ruidos... ¿extraños?
Volteo lentamente y me encuentro con una chica bastante rara, tenia el cabello por debajo de los hombros, la piel demasiado pálida con una sonrisa bastante tétrica. Su forma de andar era llamativa, como si estuviera en una pasarela de la muerte donde ella es la única modelo.
Era bonita. No una belleza normal, era algo exótica, con una figura extravagante y una mirada que podía cautivar a mas de uno.
Seguía su camino sin darle importancia a lo que había a su alrededor, sin darle importancia a SU presencia. ¿Eso era posible? Una "persona" como el NO podía pasar desapercibida.
Con esa idea en la cabeza, ignoro su deplorable estado de cansancio, la siguió.
Había tratado de alcanzarla pero se dio por vencido cuando dejo de escuchar ruidos. Todo estaba en un silencio surreal, y este fue interrumpido por el sonido de la carga de una pistola.
Puppeter miró a su alrededor intentando encontrar el origen. Era un chico de tal vez ¿20 años? que le apuntaba directo en el pecho, con un rifle.
-Deberías saber que esas porquerías no funcionan conmigo, imbécil.

En otra parte cercana al bosque.

Zero caminaba a paso rápido directo a su objetivo. Más de una vez se había cruzado con ramas, cuervos y extrañas sombras que parecían acompañarla a donde fuera.
Una de esas sombras tenía los ojos bañados de un color oro. No. Eso definitivamente no era una sombra u otra alucinación, era real. 
Sin embargo continuó caminando hasta llegar al centro exacto del bosque. Donde la esperaba su víctima.
No era mas que un pobre hombre que intentaba engañarla y venderle un arma más falsa que el conejo de pascuas.
Estaba atado contra un árbol y alguien le había roto la nariz primero que ella.
-Creí que serías mas jodidamente inteligente para querer venderme una daga falsa. - Soltó Zero mientras a pasos lentos y seguros se acercaba hacia el hombre. -Luego recuerdo para quién trabajas y me doy cuenta del porque tu falta intelectual, campeón. - Zero tomó la daga falsa y la baño en un líquido de un color muy oscuro casi tirando a negro; veneno. -Probaremos que hace esta porquería. Al menos tendrás una muerte justificada.- empezó a pasar la daga por sobre el vientre del hombre y empezó a descender  lentamente y disfrutando cada instante. Rara vez tenía oportunidad de torturar a alguien que trabajaba para tan reconocido personaje. 

Tuvo que dejar tan divertida labor de tortura, en cuanto se escucho el sonido de un disparo.
-Mierda, escúchame bien, imbécil. Si me entero que de alguna manera tu "dueño" está aquí te degollare con tu porquería, bastardo.






¿Que Quieres De Mi? Zero X PuppeteerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora