Término medio.

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Un buen día él señor Miller se enfadó por la poca atención que recibía de parte de la clase, así que exigió un reporte de 5 páginas sobre La Peste Bubónica. Él asignó las parejas, por primera y única vez algo fue un cliché en nuestra relación por qué sí, efectivamente: nos pusieron a trabajar juntos.

Al terminar la clase sólo murmuró un tímido "Envíame un texto para saber que día tienes libre para hacer él trabajo" y se fue.
Ese mismo día luego de enviarle un mensaje cómo pidió, fui a su casa a hacerlo. Siempre odié Historia y cuanto antes me librará de ese tedioso trabajo,mejor.


Hicimos él trabajó con normalidad, simplemente buscamos información y escribimos lo esencial mientras tomábamos café, bueno no,ella permaneció tomando agua. Un vaso de agua tras otro. Su sed parecía insaciable, lo cual me resultó extraño.
Casi al final de la tarde recibió una llamada telefónica de su mejor amiga , Angie, inmediatamente comenzó a hablar con ella animadamente,bromeando sobre alguna película y hablando de unicornios.

Ella tenía 16 años, cumpliría 17 pronto,pero, hablaba de unicornios y reía como una niña de preescolar por ello. No pude evitar sonreír. No se por qué, quizá la intensidad de su risa removió una fibra de mi ser o fue él destino, pero ese día algo cambio. Algo en mi forma de ver a aquella chica de cabello azabache  cambió. Lo pude sentir en ese preciso momento.

Hasta ese momento Annabeth para mí era una chica común y corriente, calificaciones estables, ni popular ni don nadie, no tenia una belleza excepcional pero no era fea, término medio en todo. No había nada excepcional en ella.

¡Cuán equivocado estaba!
Todo en ella era excepcional.

Mariposa azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora