La Gorda Amber [Drabble].

Amber, La gorda Amber✖️.

"¿Por qué soy gorda, buena para nada y una perezosa?." Dije con la voz entre cortada y tapaba mi rostro con la almohada.

"Eres hermosa Amber, no dejes que insultos te hagan caer." Se acostó a mi lado y me abrazo por la cintura, era un bonito abrazo de consuelo.

"Ya soy parte de las personas que me insultan, yo misma lo hago y sé que son verdad." Las lágrimas seguían saliendo y no pararían por un largo rato.

"Entre más te lo digas, más te lo crees." Me quito la almohada de la cara y apoye mi cabeza en su pecho escondiéndome, me sentía indefensa en ese momento y él era mi defensa contra todo el mundo.

"Eso es lo que pretendo, no quiero pensar que soy una miss universo y quiero cambiar pero eso es imposible para alguien como yo." Y eso fue lo último que dije antes de quedarme dormida, lo que no sabían era que me quedaría dormida para siempre.
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"¡Gorda Amber!." Gritaron todos los chicos de futbol americano a verme entrar. "¿Quieres comer mi polla? Esta igual de gorda que tú." Rieron todos juntos ante tal chiste.

Mis ojos ardían por las lágrimas que amenazaban salir pero no dejaría que ellos me vieran llorar.
Me fui de ahí, no quería estar en ese lugar.
No me importaba que me pusieran falta por doceava vez, solo quería estar sola.
La soledad era mi mejor compañía en todo momento, éramos tal para cual.
Camine por las calles con la cabeza baja, tomaba con fuerza la manga de mi suéter, estaba conteniendo las ganas de llorar y insultarme, de nuevo.
Trataba de verle el lado bueno a las cosas pero era difícil, solo quería tener un momento de felicidad en mi vida...

Me senté en la orilla de un barranco, no pretendía tirarme sino relajarme y llorar, hasta que quede seca.
Sentí una presencia a lado mío, sabía quién era, siempre estaba conmigo en los peores momentos. Charlie.

"¿Ahora que pasó?." Pregunto y me abrazo dándome consuelo.

"Lo de siempre."
Lo abrace fuerte, me sentía segura a su lado.

"Amber, ¿cuándo aprenderás a no escucharlos?." Suspiro, el odiaba que me pusieran apodos o me insultaran. Lo malo es que el no podía hacer nada al respecto.

"Cuando dejen de gritármelos, cuando dejen de decírmelos día a día, cuando sea segura de mí misma, cuando deje de ser la chica indefensa de siempre." Voltee hacia arriba para poder verlo. "Cuando pase eso, dejaré de escucharlos."

"Tú tienes la voluntad de hacer que eso pase, sólo tú pero no te esfuerzas en hacerlo. Simplemente caes y no quieres ponerte de pie." Acaricia mi mejilla. "Haz un esfuerzo."

Cerré los ojos al sentir sus caricias en su mejilla. "Sería mejor si no estuviera aquí."

"Claro que no, el mundo estaría triste por no tenerte." Dio un beso en mi frente y recargo la barbilla en mi cabeza. "Tu familia, amigos, yo.."

"Mi familia lo soportará y tú lo superarás...." Jugué con mis dedos imaginando todo el mundo sin mi, pero en vez de triste, feliz.

"No, no podré." Su voz se empezó a escuchar quebrada. "Tienes mi corazón y si no está ese corazón, muero."

Me separé y tome su cara entre mis manos. "Tú estarás bien sin mi." Di un beso delicado en sus labios. "Si no estoy, quiero que me prometas que no caerás."

"Lo prometo." Nos besamos, fue un beso lleno de sentimientos, difíciles de describir.
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Y pasaron los días, nada cambiaba.
Seguían los insultos, apodos y seguía llorando.
No había visto a Charlie desde aquella vez, trataba de no pensar en el.
Tengo que hacerme la idea de que él no existe, solo es una creación de mi mente.