Salí de la cama llena de sangre y un tanto asustada.
Las heridas que esta mañana había descubierto estaban sangrando, el chico de la cafetería, bueno, José estaba sentando en la esquina de la habitación con una sonrisa.- Eso te pasa por no querer ser mi amiga - dijo.
La sangre no paraba de salir, camine al baño y trate de parar la sangre.
- Solo yo puedo hacer que dejes de sangrar - dijo desde el marco de la puerta haciendo que me sobresaltara.
- ¿Moriré? - pregunte con miedo.
- No, no voy a matarte, no es tan fácil, luego de 17 años aquí arriba no pienso irme tan fácil. - se acerco y me abrazo por la cintura.
Toco las heridas pero no me causo dolor, dejaron de sangrar al instante.
- Termina de limpiarte y sal, necesitamos hablar - dijo serio.
Hice caso a sus palabras.
Estaba sentado nuevamente en mi cama, me senté del mismo lado pero lejos de él.
- Diane, yo... yo solo quería ser tu amigo - puso sus codos sobre las rodillas y recargo su cabeza en sus manos.- te conozco desde bebé, no se porque comenzaste a temerme, ¿que hice? .-
- ¿Qué has dicho? - ¿me conocía desde bebé?
- Soy tu... - dudo- ¿ángel?, si, eso, soy tu ángel... tú sabes, un enviado... tengo que cuidarte y demás cosas - no se escuchaba muy seguro que digamos.
- ¿Un ángel hiere? - se levanto y camino hacia la ventana.
- Soy más bien un demonio... no se... todo es tan confuso - volvió a sentarse.
- ¿Eres un ángel o un demonio? Decidete - mire el reloj, 2:15 am.
- Eso tendrás que descubrirlo tú, buenas noches - me miro fijamente y todo se volvió negro.
~ Día siguiente~
Viernes, por fin, la cafetería estaba a reventar.
- Buenos días, bienvenido a 'Coffe&Tea', mi nombre es Diane, ¿Qué desea ordenar? - pregunte a una rubia.
- Un frappé, gracias - me sonrió.
Lo anote y lo lleve al mostrador.Nuevamente, a punto de terminar mi turno, José llego y se sento en la mesa ocho.
Alguien más lo atendió , ya que yo estaba ocupada y por nada del mundo quería atenderlo, ¿cómo podía estar tranquilo después de lo que sucedió anoche?.
Alonso, mi compañero de trabajo, era quien estaba atendiendo a José, vi como hablaron, Alonso me miro, intercambio un par de palabras más y camino hacia mi.
- El chico de allá quiere que tú lo atiendas – dijo Alonso.
Resignada, camine a la mesa ocho.
- Un muffin - dijo cortante.
- Enseguida.- trate de sonar amable.
Le entregue su pedido, mi turno había terminado, Alonso se quedaría para cerrar la cafetería.
Camine a mi casa, alguien iba siguiendome.
Me gire para enfrentar a quien fuera que iba detrás de mi.
José.
- ¿Qué quieres? - no entiendo que busca.
- Solo te acompaño a tu casa - dijo y levanto los hombros restandole importancia.
Camine más rápido.
Llegue a casa, subí a mi habitación.
- ¿Qué hice ahora? - pregunto José.
-¿Cómo entraste? - comenzaba a irritarme.
- Te hice una pregunta, responde - se acerco a la cama y se sentó.
- Creo que... nada... solo me incomodas, ¿crees que quiero tenerte cerca?- obviamente no lo quería cerca.
- Yo se que no, perdóname, no volveré a molestarte, adiós - se levanto y fue a sentarse a la esquina de la habitación.
Fui a ducharme, cuando salí José ya no estaba.
Tres semanas, tres, que no sabía nada de José.
Las heridas ya estaban cicatrizando.
- Diane, ¿te parece si salimos mañana? - me pregunto Alonso mientras salíamos de la cafetería.
Mañana sería sábado, pero no tenía ganas de salir con él.
- Lo siento, será otro día, iré a casa de mis abuelos - mentí, odiaba mentirle a Alonso, apenas comencé a hablarle fuera de la cafetería, es decir, solo le hablaba para cosas de trabajo.
- Si no quieres salir conmigo, esta bien, pero no mientas - dijo, agacho la cabeza y se fue caminando.
Termine de cerrar la cafetería y camine a mi casa, sola.
Aunque me duela aceptarlo extraño a José.
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Aquí esta el segundo capitulo, espero que sea de su agrado, intentare actualizar más seguido :)
All the love x.
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¿Ángel o Demonio? |Jos Canela|
Fanfic- Mamá - la pequeña Diane se encontraba parada en el marco de la puerta de la habitación de sus padres por tercera vez en la noche. - ¿Qué pasa, Diane? - pregunto su madre. - Otra vez, es él de nuevo - respondió Diane. - ¿Quién? - era la segunda noc...