-¿Y bien?
-¡Puaj! ¡Asqueroso!
-¡Lo ves Diana! Sí lo dice Desiré ya sí que sí tienes que darme la razón.- Diana rodó sus ojos por el comentario de Daniela, la cuál había lanzado el café de la máquina que se encontraba en el pasillo de los seminarios de los profesores.
-Tampoco está tan malo.- Diana se volvió a llevar uno de los zumos de la máquina que se había comprado, intentando revivir el sabor de los zumos de Berto.
-Como se nota que tu no te estás bebiendo esa porquería ¡Puaj!
-Diana, lo siento. Pero yo le doy la razón a Daniela. Esto es anticomestible.
-Sois unas exageradas.- La muchacha de cabellos rojizos puso sus ojos en blanco, frustrada porqué sabía que estaba perdiendo esa batalla.- El café del bar también está asqueroso.
-¡Por favor Diana! Tu odias el café en todos los sentidos.- Daniela le arrebató el zumo de cartón de las manos de Diana y también lo lanzó.- Y ni siquiera te gusta el zumo de uvas que te acabas de comprar.
-Sí que me gusta...- Musito la muchacha entre dientes.
-Por Dios, Desiré, necesito que me ayudes. Está mujer me desesperada.
-A ver, Diana.- La voz de la chica de ojos esmeraldas, sonó cálida y cautelosa.- Por esta vez, te repito: Daniela tiene razón. Me parece bien que quieras darte un tiempo para saber que quieres, que contestarle a Berto y a Adam sea lo que sea que te hayan querido decir con esas canciones y esos regalos que no nos has querido decir lo que significaban.- La voz de su amiga sonó dolida, y eso fue como un pellizco en el corazón de Diana. No le gustaba ocultarle cosas a sus amigas, ella nunca hacía eso. Pero en la carta de Berto le había pedido discreción, y ella ya había metido bastante la pata para seguir metiendola todavía más hondo.- Pero hacernos venir hasta aquí para desayunar esta bazofia, esto sí que es exagerado.
-Sí al menos Angelito estuviese aquí para invitarnos a un buen café de su seminario.- Desiré hubiera sonreído al escuchar esas palabras de la boca de Daniela, al saber que su amiga ya había olvidado el incidente de Ángel y ella. Pero en ese momento se acordó de su mestizo, rodeado de cables y tubos que le entraban por la nariz para ayudarlo a respirar y el suelo comenzó a dar vueltas.
-A ver Diana, lo que te queremos decir yo y Daniela, es que a veces tenemos que enfrentarnos a situaciones que nos gustaría salir corriendo, pero no siempre vas a poder escapar de él. Tarde o temprano tendrás que hablar con ellos.
-Y atrasarlo solo vas a hacer que las cosas se pongan más tensas y empeoren.- Añadió Daniela, la cuál ya estaba de camino hacía la cafetería.- Así que venga, necesito un café en condiciones antes de irme con Félix a...- Pero ella no terminó la frase.
-¿A dónde?- Inquirió Diana mientras Desiré y ella comenzaban a seguir los pasos de la joven de cabellos dorados.
-Al parque de atracciones. Vamos a llevar a Valeria por sus notas. Ha sacado todo excelente.
-Como se nota que es la hermanita de Félix.- Desiré miraba divertida a Daniela, la cuál se encogió de brazos.
-Todas eramos inteligentes en primaria, incluso Daniela sacaba notables.- Diana también se había unido a las sonrrisillas de burla de Desiré, intentando sacar de sus casillas a Daniela, la cuál ya las había perdido por completo.
-¿Insinúas que no soy capaz de sacar más de un notable?
-Hombre, mañana tenemos examen de historia e irte a un parque de atracciones no es lo más recomendable.