Me desperté de mal humor como todos los días en ese pequeño piso, en el que había vivido durante los últimos seis años. Abrí los ojos lentamente y miré la hora, desgraciadamente era hora de levantarme y no pude estar mucho tiempo más en la cama, estiré el edredón y saqué las piernas de la cama, rocé el suelo con las puntas de los pies, que por muy destrozados que estuvieran aún podían sentir el frio de las baldosas desgastadas de la habitación. Salí en dirección a la cocina y me preparé un bol de cereales que definitivamente acabé tirado a la basura, me dolía la cabeza así que me puse el termómetro - Siete décimas - me dije a mi misma, llevaba unos días que no estaba al cien por cien pero aún así no podía ir faltando a la clases de baile ya que ese año me tocaba hacer un papel muy complicado en una actuación que se realizaría en Chicago. Me puse las medias, que ya se habían empezado a romper, y el primer maillot que vi tirado por el suelo, me puse unos pantalones y una sudadera para no resfriarme más aunque fuera primavera y el calor ya empezara a predominar en las calles, cogí el bolso y las llaves y salí a paso ligero del apartamento.
Llegué justa para coger el metro y me senté en el último sitio vacío del vagón, miraba por la ventana cuando vi reflejada la silueta de un chico que me resultaba muy familiar, giré la cabeza bruscamente al darme cuenta de que era Diego, el chico con el que salía cuando llegué a Estados Unidos y al que tuve que dejar por culpa de las estúpidas y estrictas normas de la compañía: "amor al arte" y "dedicación completa", me sonrojé al ver que el también me estaba mirando así que me levanté y cogí suficiente valor para acercarme a él y saludarle:
- ¡Hola! ¿Como estas? no nos veíamos desde... - Dejé la frase a medias al ver que no tendría que haber sacado el tema de nuestra ruptura, el me miró fijamente y notó el motivo de mi incomodidad así que respondió con toda naturalidad
- Muy bien, la verdad es que si que hacía un montón de tiempo que no nos veíamos ¿Aún bailas? - No tuve tiempo a responder cuando se acercó Ruth, mi mejor amiga de la infancia.
- ¡Ágata que ilusión verte! ¿Cómo estás? - Me preguntó ella tan amable como siempre y me dio un abrazo, estaba muy feliz de haberlos encontrado por casualidad a los dos, pero mi felicidad cambió al ver a Ruth acercarse a Diego y darle un beso. ¿Que acababa de pasar? ¿Diego y Ruth estaban juntos? No entiendo nada.
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Por los rincones de mi vida
RandomÁgata fue escogida por una compañía de danza cuando sólo era una adolescente, eso la llevó a Estados Unidos. Años después tuvo que abandonar su carrera como bailarina profesional al detectarle leucemia lo que la hizo regresar de nuevo a su ciudad na...