Era un día nublado cuando me despedí de mi familia, amigos y compañeros de clase. Sentada junto a la ventanilla no hacía nada más que pensar en él, en sus labios, sus abrazos, su piel...en todo el y en lo que me esperaba junto a él, la emoción tan excitante estaba a flor de piel y las lágrimas querían salir, no había más hermoso sentimiento que este...3 años, 3 años esperando este momento... ¿Qué otra cosa podría expresar esta emoción? Yo creo que ninguna y el sabrá que tan emocionada, feliz y entusiasmada estoy al verlo.
Había tanta ansiedad y agonía en el aire que apenas podía respirar, 11 horas tenía que estar así, nerviosa y tensa, mis ganas de verlo se hacían más grandes. Mis uñas estaban tan mordidas que me dolía con tan solo tocar algo, no tenía sueño cuando era hora de dormir en el avión ya que a las 10 pm partí de mi ciudad, llegaría a las 9 am a chile donde vive el, mi tonto, mi profesor, mi todo... mi Christopher.
Sin darme cuenta caí rendida después de 2 días sin dormir, ya que era tanta la emoción que no podía dormir. En mi sueño sentía algo cálido, reconfortante y con un leve olor a café por la mañana, desperté y solo faltaba 1 hora para llegar a nuestro destino, el leve olor a café tenía sentido, la amable y dulce azafata pasaba dándonos una taza de café y lo cálido se debía a una tierna ancianita que me arropo en la noche. Mi cuello dolía un poco pero con cada sorbo de café se quitaba, era un café semi amargo el cual me alegro la mañana. Mis nervios eran cada más grandes, quedaban minutos, segundos para verlo, los latidos de mi corazón eran muy rápidos a tal punto que pensaba que moriría de un ataque cardiaco.
Tomo mi cabeza y reburujo mi cabello al levantarme para salir del avión, tome mi mochila y bajo las escaleras resbalándome un poco, casi muero de vergüenza al ver que casi caía, entre al aeropuerto algo nerviosa mordiéndome los labios de la ansiedad, mis piernas estaban tambaleándose.
Mi baja estatura no ayudaba al buscar a Chris, levantaba mis manos para poder pasar entre tanta gente, moría de miedo hasta que... Unas manos me taparon los ojos por detrás me asuste muchísimo y di un codazo y con mi pie enganche el suyo e hice que callera al suelo. Me di la vuelta para ver a mi agresor y... joder...era Chris
-C-Chris ¡¡P-Perdón!!! -se avienta arriba de él y lo abraza- perdón perdón perdón
- Y-ya ya no fue la bienvenida que yo tenía planeada pero te tengo aquí mi nami -me abraza fuertemente y besa mis mejillas algo bufeado-
- Mi tonto -me siento arriba de él y me cubro el rostro-
- Mi peque -se sienta y me abraza- mía mía
- Tuya -me acerco a sus labios y los acaricio un poco con los míos- Te amo -lo beso-
Sus labios tan carnosos y cálidos hicieron que mi pequeño corazón pudiera latir y sentir tanto amor en mí, es como si transmitiera todo...
- Hey hey ya par de melosos –dice mi cuñado xDD con un teléfono en mano tomando video y fotografías-
-Shhhh –sigo besando a Chris hasta que se levanta y me levanta a mí también-
-Algo sonrojado dice-T-tiene razón aquí no es lugar para eso –sonríe tímidamente-
-Está bien –me pongo en su pecho con sus brazos rodeándome-
Después de ese show tan romántico nos dispusimos a ir por mis maletas e ir a la casa de ellos, mi pena no me dejaba hablar mucho, por lo cual me mantuve algo callada en el camino.
La ciudad era preciosa y las manos de Chris tan cálidas, sus labios tan suaves y su voz tan agradable, sinceramente me alegro de haber tomado esta decisión.