No Estoy Sola [HISTORIA SIN TERMINAR]

28. Esclavos (Parte II)

LALI

Ver a Peter vestido de ese modo era demasiado para mi sistema. Realmente demasiado. Se veía MUY gracioso pero a la vez me parecía adorable que lo hiciera solo porque yo se lo pedí. Ok, si, es mi esclavo y básicamente estaba obligado a hacerlo, pero tampoco es como si fuera a obligarlo si no quiere por una simple ocurrencia de mi rubia amiga.

Bueno, llegó el momento de que modeles para mi, belleza - le guiñé un ojo y guiándolo a un lugar algo apartado de nuestros amigos, tomé mi celular para comenzar con la sesión de fotos.

Al principio, Peter hacía poses normales, después se fue soltando un poquito más hasta que dijo: - Si pretendes extorsionarme con estas fotos, al menos que sea con algo realmente comprometedor - A partir de ese momento empezó a jugar y a posar como si realmente fuera una chica y fuera modelo. Hacía piquito, lanzaba besos a la cámara, levantaba la pollera exibiendo sus bellas y velludas piernas y cosas por el estilo.

No paramos de reír. Fue genial.

Después de eso lo dejé que se cambie, sería demasiado si lo obligaba a salir así a la calle. Además, no solamente él haría el ridículo, sino que también pasaría vergüenza yo por andar tomada de la mano de una chica peluda.

Una vez que estuvo listo nos pusimos a mirar las fotos juntos. Estaban muy buenas, acorde al objetivo: comprometerlo para luego extorsionarlo con ellas -aunque los dos sabíamos que nunca haría eso y era sólo por pura diversión-. Nos reímos y en algunas oportunidades se tapaba la cara con una de sus manos con una vergüenza evidente.

No puedo creer las cosas que hago solo por vos - me dijo entre risas.

Eso es porque me amas - afirmé.

Sí, demasiado - aseguró con una sonrisa en su rostro, la cual correspondí para luego unir nuestros labios en un beso cargado de amor. Al separarnos vi a Peter con una sonrisa de diversión plantada en su rostro.

¿Qué? - pregunté con una sonrisa.

Olvidé que tenía labial y... Creo que podrías hacerle compañía a Pablo con su disfraz - se rió y yo me miré frente al espejo. Efectivamente, parecía un payaso con la mitad de la cara manchada de labial rojo. Reí para seguidamente lavarme el rostro.

¿Almorzas en casa? - pregunté.

¿Es una pregunta o una orden? - preguntó con diversión.

Era una pregunta, ahora es una orden, así que te venís conmigo - dije.

Con mucho gusto - dijo con picardía. Me tomó de la cintura para pegarme más a su cuerpo.

¡No pienso salir así a la calle! - exclamó Pablo.

Shhhhhhh - le dijimos con Anto.

Nos pueden escuchar, tonto - le dijo ella - además, no te pregunté si querías. Sos mi esclavo, TENES que hacerlo, fin de la discusión.

Pero... - se quejó y ella posó su dedo índice en los labios de su novio para silenciarlo. El rostro de Pablo se relajó por completo y no dijo nada más. La rubia sabía a la perfección los efectos que causaba en él.

Tranquilo, tampoco es para tanto - bromeó y le dedicó una sonrisa - bueno, ok, si, pero agradecé que no vas a ir así al centro. Es solo hasta que lleguemos a tu casa.

¿A mi casa? - preguntó él, confundido - ¿Por qué a mi casa? - volvió a preguntar ahora con una sonrisa en su rostro. - ¿Qué planea hacer conmigo, señorita?

Calma esa cabecita loca - Anto tocó la frente de su novio con su dedo índice y él carcajeó - No creo que quieras pasear con el traje o ames tanto el colegio como para andar con el uniforme del Rockland todo el día ¿o si? - él negó con un movimiento de cabeza - Bueno, entonces vamos - lo tomó de la mano para salir del vestuario. Nosotros los seguimos con una amplia sonrisa por las ocurrencias de nuestra amiga y la situación en sí. Realmente era divertido ver a Pablo con ese disfraz y la cara pintada.