~History Blood~

Cambios

~Victoria

Han pasado 30 años desde que milenium desapareció y una noche desde que mi amo regreso, hace 20 años cuando pensaba que jamás regresaría entendí que sin notarlo él se robó mi corazón, estaba profundamente enamorada de él. Había olvidado esos sentimientos hasta ayer en la noche que lo volvimos a ver. Y ahora, aquí estoy, frente la puerta de su habitación...no sé qué hago, no debería estar aquí "es mejor dar la vuelta y marcharte" fue lo que mi mente me susurro, di la vuelta y escuche el chirrido de la puerta abriéndose tras de mí.

-Pasa chica policía.-Mi cuerpo se estremeció ante la presencia de su voz. Gire despacio y lo vi sentado en su trono al fondo de su habitación.

-Y-Yo.

-Entra.- Sin poder evitarlo obedecí a su orden-. Dime ¿qué te trae por aquí?

-Yo...no sé qué hago aquí.- estaba confundida y aturdida.

-¿Ocurre algo?.-Un montón de ideas se juntaron en mi mente todas en desorden. Sentí su mirada penetrante sobre mí, note que se había quitado las gafas. De lo distraída no me percate cuando se acercó a mí, tenía su rostro muy cerca del mío.

Cuando menos lo sentí, me robo un beso al que no me resistí...me agarro con la guardia más baja que cuando Pip me beso...Y mira que la traía muy abajo. En unos segundos él se separó rompiendo el beso, había algo en sus ojos, algo que jamás había visto. Estaba en blanco no sabía si todo era real o un simple truco de mi imaginación.

-Victoria necesito hablar con tigo.-Y ahí estaba sentado en su trono, me lleve la punta de los dedos a los labios, no, no era un sueño, aun sentía el cosquilleo que dejo su beso; me acerque a Alucard y el me miro de arriba abajo-.Victoria...cuando te convertí, solo pensaba que quería alguien que me siguiera, un sirviente si es así como lo quieres ver.-No pude evitar sentir como algo en mi pecho se quebraba, quería llorar-.Y sin embargo conseguiste ser más que eso.-Esas palabras me hicieron regresar a la realidad, para ver a Alucard directo a sus ojos-.Cuando estuve asesinando las tres millones cuatrocientas veinticuatro mil cuatrocientas sesenta y siete almas que se encontraban en mi interior, tuve muchísimo tiempo para pensar...

-"30 años"-.Fue lo que inevitablemente mi mente susurro.

-Si 30 años.- me puse roja, con 30 años sin saber de él ya había olvidado que podía leer mi mente, en cierta forma aún tenemos una conexión-.En ese tiempo pensé mucho en Integra...y en ti, mis amadas ama y sirvienta.-Ahí estaba otra vez esa palabra, no la tolero, yo quisiera ser más que eso-.Una de las dos despertó en mi sentimientos humanos que ya había olvidado.-Para mi estaba claro a quien se refería.

-Ya veo...Sir Integra tiene mucha suerte.-El me miro con confusión.

-¿De que estas hablando?

-Es Sir Integra la afortunada ¿no es asi?.-No pude ocultar la amargura de mi voz al mencionar la pregunta. Así como no evite bajar la mirada al suelo.

-Victoria.-Estaba tan ensimismada que no note que estaba frente a mí hasta que acaricio mi mejilla con su pulgar, me estremecí pero deseaba que no quitara la mano jamás, que ese momento se pudiera detener y quedarnos así un rato más-.No es a Integra a la que me refiero.-Cerré los ojos esperando que esto no fuera un sueño-.Te deseo...deseo tu existencia.-Fue lo último que dijo antes de rosar sus labios con los míos.

Eso sonó algo raro pero creo que entendí. Nuestro beso comenzó a acelerar su ritmo, llego el momento en que respirar resultaba difícil; un gemido se ahogó en mi garganta cuando el metió su lengua en mi boca, saboreando cada rincón de ella, lamiendo mis colmillos, no me podía quedar atrás así que mi lengua se unió por instinto a la contienda, jugando lenta y suavemente con su boca, danzando junto a la de Alucard a un mismo ritmo. Cuando no pudimos pasar más tiempo sin respirar nos separamos.