Peter llevó a Wendy por las diferentes calles, todas eran iguales para ella, un completo laberinto, pero Peter parecía saber por donde iba.
Después de más de media hora, Peter se paro frente un edificio antiguo que parecía derrumbarse con la mirada.
Wendy: ¿Por que me traes aquí?
Peter: Me pediste que te enseñase a ser parte de la calle, y eso es lo que voy ha hacer.
Wendy: Pues no entiendo que tiene que ver este lugar con ser parte de la calle.
Peter: Ya lo veras. *rió*
La puerta que daba al interior estaba completamente tapada por tablones de madera, pero un par de esos tablones, que eran los que había movido Peter, estaban sueltos, dejando un hueco por el que se accedía al interior del edificio, aunque no le pareciese. Peter hizo un gesto para invitar a Wendy a pasar al que ella correspondió y seguidamente entró el.
Dentro del edificio no había nada, solamente unas escaleras.
Peter: Vamos, es por allí.
Peter empezó a subir la escalera, Wendy no quería quedarse atrás, así que ella también subió.
Para cuando Wendy llegó arriba Peter la estaba esperando. El cuarto donde estaban era grande. Bastante grande para una sola persona.
Wendy: ¿Vives aquí?
Peter: Exacto.
Wendy: ¿Y no es muy grande para ti sólo?
Peter: *miro con asombro* ¿Quien ha dicho que viva sólo?
Wendy la miro con incredulidad.
Peter:*Se puso las manos en la boca para que su voz se escuchara más alto y grito*si ¡Chicos salid, tenemos visita!
De repente de todos los lugares de las habitaciones salio un grupo de cinco chicos que se colocaron delante de ellos. Por un momento Wendy se asustó.
Peter: Chicos esta es Wendy *coloco su brazo alrededor de su hombro para tranquilizarla* Wendy, te presentó a Jake, Thomas, Luca y Adam y Brian, "Los niños perdidos" *rió*
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El autentico país de nunca jamás
Teen FictionHan pasado diez años desde que Wendy Darling jugaba con su mejor amigo y vecino Peter Collins. Ahora Wendy tiene 16 años, va al instituto y tiene nuevos amigos, pero algo va a cambiar, algo que le hará replantearse toda su vida.