Mire lo que antes era mi casa, di gracias mentalmente que aun no habían recogido las cosas. Entre a lo poco que quedaba de la casa y di un largo suspiro. Los mejores recuerdos venían a mi mente, pero antes de romper en llanto, intente olvidarlo y buscar lo que necesitaba. Pero, no lo encontraba, ya todo estaba destruido. Salí de la casa y busque afuera, tampoco, nada. Pero antes de darme por vencida, mire a el establo, los corrales, el granero, extrañaba demasiado eso.
Camine y entre a lo que antes era el establo. Sonreí al ver que solo se había incendiado una parte, así que camine entre la paja vieja y busque lo que quería.
Mientras paseaba por el establo que era de Loba, algunos recuerdos venían a mi mente, como la vez que me la regalaron, como cuando mi mamá me daba consejos sobre la equitación (Ella antes era maestra de equitación). Suspire melancólicamente y seguí buscando. Cuando fue que encontré ese objeto tan deseado. La intente quitar de su lugar suavemente intentando no dañarla y sonreí satisfecha. Mire hacia arriba y vi que el sol se metía entre las montañas, ya debía regresar a casa.
Abrí la puerta rápidamente y corrí hacia mi cuarto, y ahí estuve 1 hora intentando descifrar la contraseña que tenia. Me estaba poniendo nerviosa, si algo sabia, es que si podía saber el contraseña podía ver el vídeo de el incendio. Por fin había hallado una solución, pero ahora tenia que descifrarlo.
Pasaron 2 horas y me di por vencida, antes ya le había preguntado a Carl, pero solo lo sabia mi madre, ella era la que se encargaba de las cámaras de seguridad.
Mire por la ventana y mire a la yegua. Yo estaba un poco asustada por lo que Sara pudiese hacerle, tenia que salvarla. Baje rápidamente las escaleras y le dije a padre que iba a pasear a Loba. El solo asintió mirando unos papeles y yo salí rápidamente con la cuerda de Loba. Subí en ella y camine por la calle. Aquí nunca pasaban los carros, era un lugar muy tranquilo y los vecinos nunca solían salir y no había gente que los visitaran. Cuando autos pasaban por estas calles solo preguntaban donde estaba el mercado o el centro de la ciudad. Agarre las riendas de Loba y me aproxime a un parque, no había gente así que galope, hace mucho que no sentía esa libertad, ya la había olvidado. Sonreí y pare a Loba, me aproxime a una banca con las riendas de Loba. Cuando sentí que alguien se había sentado a mi lado.
- Hola - Dijo una voz conocida, con tono nervioso. Voltee rápidamente y sonreí.
- Hola, Adam. - Dije tranquilamente.
- ¿Así que esta es tu yegua? Loba ¿No? - Sonrió.
- Si, pero sabes, no creo que la vaya a tener mas. - Suspire y acaricie el hocico de la yegua.
- ¿Porque? - Dijo un poco sorprendido. Entonces fue cuando le conté toda la historia sobre el incendio.
- Wow, lo siento mucho... Por eso ya no ibas a el instituto.
- Si... Pero puedo solucionar eso, encontré una cámara de seguridad donde supongo que tiene el vídeo del incendio. - Sonreí y el me miro sonriente también - Lo malo es que no se la contraseña y creo que nunca la sabre.
El junto sus manos nervioso y me miro - Puedo ayudarte a descifrarla, puede que sea un tanto difícil, pero puede decirse que me gusta lo que tiene que ver con la tecnología, hehe. - Dijo y yo lo mire ilusionada.
- ¿Lo puedes hacer, Adam?
- Todo por ti, Reed.
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Pedí un caballo, me dieron a mi mejor amigo.
Fiksi RemajaReed, una adolescente de 15 años, siempre a esperado un caballo de cumpleaños. Al tenerlo, ella lo entrena para ser un buen caballo para poder participar en competencias y ser una jinete experta. Pero hay muchas cosas que se lo impiden.