Bien, quiero desahogarme, esta es una de las maneras en las que me desahogo, mejor dicho, es la única y de hecho, la amo. En fin, de verdad quiero desquitarme, sacar todo lo que siento. Okay, como inicio... mmm, a ver, bueno, seré directa; amo a un chico, me enamoré, este de verdad me hizo cambiar por completo. Esta persona en el que jamás pensé enamorarme. Y que al conocerlo mi vida dio un giro inesperado. Todo cambió desde entonces. De hecho, lo conocí a fines del verano, ya estaban por comenzar las clases, me agradaba, era un buen chico, me sentía feliz de haberlo conocido, haber conocido a alguien que me escuchara, alguien que estaría dispuesto a estar conmigo en las buenas y en las malas. Estaba feliz de haberme ganado su amistad. Al fin había encontrado a un amigo, que poco a poco, mientras más hablaba con el, mientras más lo conocía, algo en mi, iba creciendo, era un sentimiento, que en ese tiempo, no sabía identificarlo, no sabía si era amor, pero también algo en nosotros crecía, y era una muy bonita amistad. Al paso del tiempo, me ganaba su cariño y confianza, al igual que el ganaba del mío. Creo que me estaba atrayendo. En fin, no estaba segura de mis sentimientos. Y pues, no esperaba sentir cosas por el. Lo más que podía ver entre nosotros era una hermosa amistad, sana y duradera. Pasaban los meses, nuestro lazo de amigos se iba haciendo más fuerte y más apegada, se estaba convirtiendo en mi mejor amigo, que por cierto, ya se había ganado ese título. Me sentía querida, me sentía bien siendo parte de su vida. Lo quería y mucho. Mayormente, hablábamos por texto, en la escuela, apenas cruzábamos palabras, lo mas que teníamos era contacto visual. Que, no lo se, pero me gustaba cuando me miraba. En fin, quería hablarle, enserio, pero sentía miedo, una sensación en mi aparecía, se apoderaba de mi estómago, dejándome nervios al acercarme a el. En ese momento, supe que me estaba gustando, o por dios. Gustarme mi mejor amigo? No, eso no, desgraciadamente era verdad, si, me gustaba. Este sentimiento hacia el, a pesar de lo raro que pareciera ser, era algo hermoso, al igual que el. Todos decían que el era horrendo. Para mi no lo era, veía algo en el que me gustaba, el era hermoso, era perfecto, su cabellos negro, sedoso que me moría por tocarlo y jugar con el, sus ojos café, los cuales me perdía en ellos al mirarlos fijamente. Tan hermosos ojos, cuando el sol se reflejaba en ellos se le notaban cada vez más hermosos. Esos ojos, aunque opacos, me parecían hermosos, perfectos, eran únicos, cafés. Lo más que amaba era, que al mirarlos, podía ver la inocencia que mostraban, Algo decían ellos, que el no me decía. Podía ver en sus ojos que el me quería de verdad. Hay, otra cosa que me encantaba, era que al traslucirse el sol en sus ojos, se tornaban mieles, estos se aclaraban, eso era hermoso, y delante de esos hermosos ojos, se le podía notar que llevaba puesto unos hermosos anteojos negros, de hecho, eran elegantes, que resaltaban su tono de piel, de tez blanca. En su rostro, se encontraban unas cuantas pecas, que se le veían bien en su tono de piel blanca. Se veía tierno y hermoso. Cada defecto que parecía tener, yo la veía como otras perfecciones que aparecían en el. Otro detalle, su voz, era tan dulce, única, un tono algo ronca, eso lo hacía escuchar atractivo. Me encantaba oir su voz, era hermoso.