Lo que tanto he esperado

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El estruendo de las balas surcando el aire e impactándose en la corteza de los arboles inundaba el bosque.

"Moriremos... no lo lograremos", aquella frase rondaba su mente. Y con el regresaba una y otra vez el mismo recuerdo en el que perdía a su padre. Miedo, terror. Más cercas de lo que deseaba. Pisandoles los talones.

La adrenalina corría por su sangre. Podía sentir su cuerpo caliente, mientras el sudor corría por su rostro y al mismo tiempo sus manos estaban heladas. Pero no podía más. Marcos lo sabia, y la instaba a seguir adelante jalándola de la mano como su padre lo hizo aquella vez.

- No te detengas, todo estará bien - le dijo Marcos motivándola a seguir.

Los arboles se alejaban rápidamente cada que pasaban junto de ellos, las ramas golpeaban sus cuerpos mientras huían de sus perseguidores. Las hojas crujían bajo sus torpes pies, mientras que Marcos no generaba sonido alguno y Sask parecía volar entre las plantas. El gigante era demasiado veloz, se adelantaba demasiado sin percatarse de que sus amigos se quedaban cada vez más atrás. Pero siempre deteniéndose a esperarlos con una mirada de terror marcada en su peludo rostro.

"Vamos a morir", volvió a pensar. - Todo estará bien - dijo su hermano como si hubiera leído su pensamiento.

Una bala se estrello justo detrás del ultimo árbol que pasaban. Se obligo a ir más rápido. - ¡¡Mátenlos si es necesario!! - logro escuchar a lo lejos, estaban cada vez más y más cercas de ellos. Deseo estar en cualquier otro lugar, cualquiera que no fuese ese. Su mente se inundo de pequeños recuerdos, algunos buenos y otros no tanto. Una pequeña recapitulación de su vida antes de aquella situación que ahora se encontraba viviendo. Breves imágenes de todas aquellas personas que había querido y conocido. Lucy, Jane, su madre, su tío, Luck..., y otros tantos, e incluso entre ellos a la señorita McDylan.

Quería volver a verlos una vez más. "Y lo voy a hacer", se obligo a pensar. Y como si de ello dependiera corrió. Corrió lo más rápido que pudo. Su adrenalina se incremento aun más. Paso volando junto a Marcos quien aun seguía aferrado a su mano, y lo haló consigo, dejándolo tan sorprendido por su cambio repentino que lo hizo trastabillar y estuvo a punto de caer, pero se repuso antes de tocar el suelo. Aumento su paso hasta quedar a su lado, mientras se aproximaban a donde Sask los esperaba notoriamente nervioso.

Corrieron juntos por un largo tramo hasta que llegaron al principio de un enorme acantilado. Viraron a la izquierda y continuaron corriendo rogando por que no los alcanzaran. El tramo se empezó a hacer más estrecho y descubierto. Por lo que Marcos mando frente de si a su hermana y mucho más por delante la masa peluda continuaba alejándose. 

Una bala paso velozmente junto a ellos y se estrello con el suelo haciendo gritar a la chica - No mires atrás - le grito Marcos. Continuo corriendo como si su vida dependiera de ello, y así lo era. Se forzaba por alcanzar a su amigo, a ir tan rápido como él. Pero le era imposible, ella no era como esa cosa.

Una ráfaga de balas rozaron los talones del joven, de quien Miriam creyó oír mascullar algo inentendible. - ¡No te quedes atrás! - dijo mientras le echaba un leve vistazo.

- ¡No voltees! estoy bien, sigue corriendo.

*****

Lograron ganar ventaja sobre los soldados pero aun así no pensaron en detenerse. Mientras corrían Miriam echaba pequeños vistazos a lo que había abajo en el acantilado. Varios metros más abajo había más bosque. "No quiero caer por ahí"

Siguió corriendo intentando no acercarse demasiado a la orilla. Metros adelante observo como Sask resbalaba mientras una de las orillas se desprendía. Por un momento se asusto, pero vio como audazmente evadía el agujero y seguía como si nada. Llego pronto hasta aquel punto y salto para no caer en este. Y Marcos la imitó. Alcanzaron a escuchar voces que aun se encontraban lejos, aumentaron su velocidad.

De pronto una parte del suelo por donde corría se estremeció.  - ¡Miriam! - Marcos se arrojo sobre su hermana menor logrando embestirla hacia el otro lado del camino. Observo como la tierra se desprendía y caía por el acantilado y con esta su hermano. Se incorporo velozmente e intento alcanzar la mano del chico - ¡Marcos! - pero era demasiado tarde. 

Unas enormes manos rodearon su cuerpo y la atrajeron a su torso peludo. - ¡Marcos!... ¡no! - dejo fluir sus sentimientos y se echo a llorar. Intento zafarse de los brazos de la enorme bestia mientras esta la llevaba lejos del lugar por donde desapareció el joven. - ¡No! ¡déjame! - lucho con todas sus fuerzas. Era demasiado fuerte. Se dejo llevar por él, mientras lloraba. ¡No Marcos, no él! gritaba en su mente. Su alrededor se esfumo, quedando una ligera bruma en su mente donde vio el rostro de su hermano.



Mientras escribía esta escena: sentí algo de nerviosismo y mucha emoción, así como también un poco de tensión.

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