Y aquí es donde me pregunto; ¿Dónde estás? ¿Estás bien? ¿Me recuerdas? ¿Eres mayor? ¿Menor? ¿Hombre, mujer, intermedios? ¿Naciste siquiera? ¿Existes realmente?
No puedo saberlo, puede que todo esto sea la invención de una mente traviesa. Puede que no, y cada una de las escenas grabadas en lo profundo de mi mente sea verdad.
Y es que el sentimiento de pena, de arrepentimiento, de abandono fue tan real, es tan real, que no puedo imaginar que me inventara algo así a tan corta edad; La arena del desierto en una noche cálida, la sed secando mi garganta, las heridas a medio sanar, lo apretado de los vendajes que yo mismo me puse, el dolor en el cráneo cuando tiran de mi cabello enmarañado y corto. Ese frío metal separando la piel de mi cuello y las lágrimas amargas atoradas en el ¿Cómo pude inventar todo ese remordimiento? Esa culpa de saber que te causé tanto pesar, que el miedo a "sentir" me llevó a alejarte de mí de la forma mas fatal.
Aun ahora puedo sentir la sangre de tu familia manchar mis manos, de todo aquellos a quienes asesiné. Siento su peso en los hombros, siento sus lágrimas en mis manos, intranquilas, recordándome lo terriblemente bestial que fui. Y que en ese último aliento de vida fue cuando más me arrepentí. Es gracioso como es verdad lo que dicen; aun sin cabeza puedes vivir unos últimos segundos para saber que como se te va la vida, para ver el cielo rojizo del crepúsculo cubrir el cielo aun con los ojos cubiertos, para pedir una disculpa desde el fondo del alma a aquella persona que amaste tanto que la alejaste de ti. A ella que era tu vida, tu sol, un ser tan brillante y vivo que te asustó de tal manera que le quisiste destruir.
Es estúpido ahora que, bajo un techo, con una familia, me doy cuenta de lo que me perdí. Aunque, si la situación fuese la misma que en ese entonces y nos volviéramos a encontrar en las mismas circunstancias, lo volvería a repetir. Sé que no he aprendido nada si es que estoy pensando así, pero es difícil hacerlo cuando la otra opción era mantenerte a mi lado para verte o que me vieras morir.
Si estuviese aquí, si recordaras todo esto, ¿me odiarías? Mi mente grita por un sí, mi corazón se retuerce a la espera de un "no", pero yo no soy quien para decidir.