Todo fue bien durante unas semanas para la familia. El niño se aburría al principio, sus paseos en bicicleta no lo llevaban a ninguna parte, sus muñecos no le llamaban la atención y sus amigos estaban a cientos de kilómetros. Pero, todo cambio cuando conoció a Jezeberth mientras buscaba su pelota. Marcos se pasaba todo el día dentro del maizal jugando con el muñeco, como le contaba a sus padres. Al principio era normal que el pequeño se comportara de esa manera. Pero después de unos días se negaba ir a visitar a sus amigos, o simplemente ir a pasear. Prefería quedarse con Jezebetrh. Al poco tiempo descubrieron heridas y rasguños en sus pequeños brazos. Él decía que Jezeberth se los ocasionó accidentalmente mientras jugaban. Por lo que sus padres, además de no creerle, le prohibieron que jugara con el espantapájaros. Marcos trató de evitar eso y lloró con mucha tristeza, estaba desesperado. María, preocupada de que su hijo tuviera algún problema mental, decidió llevarlo a un profesional pronto.
Las cosas se ponían peor en la familia, María estaba más exhausta que nunca. Mantener la granja era una tarea muy difícil, y más realizarla a diario. Marcos parecía un pequeño demente encerrado en su cuarto sin hacer nada todo el día, y Álvaro estaba tenso y preocupado por su familia. Para empeorar la situación, cada mañana aparecían animales degollados en la entrada de su casa. Los primeros días eran pequeños roedores, pero con el tiempo, fueron gatos y perros los degollados que se encontraban en el mismo lugar. Tal vez fuese algún lobo merodeando por la zona, muy habituales en aquel terreno. Hasta que, una mañana Álvaro quedó horrorizado por aquel caballo degollado frente a su puerta. Desesperado, llamó a la policía. Estos le advirtieron de que podría tratarse de algún loco que estuviera intentando asustar a la familia. Por lo que la inspectora Carla puso en marcha una pequeña patrulla para encontrar al causante de aquello.
Tras una semana de relativa tranquilidad. Álvaro se despertó por los ruidos que hacia la puerta principal. Bajo a ver y la puerta estaba entre abierta. Salió afuera y pudo ver la luz de una linterna, muy tenue dentro del maizal. Se adentró con un bate de béisbol en la mano, dispuesto a desnucar al maldito loco que asustaba a su familia. Pero no era nada menos que Marcos, quien estaba junto al cuerpo de madera del espantapájaros, tirado a unos metros de su base. Su padre lo regaño por estar a altas horas de la noche en el maizal con una persona demente acechando por esos lugares. Pudo ser peligroso pare el niño, pero este se defendió diciendo que Jezeberth lo había llamado. Sin ganas de escuchar las mentiras de un niño de su edad, lo mando a su cuarto de inmediato y se dispuso a acomodar al espantapájaros. Pero algo andaba mal, pues era muy pesado, lo suficiente para que un niño como Marcos no pudiera sacarlo de su base y lo arrastrara por lo menos un metro. Debió haberse caído por el viento pensó Álvaro.
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La Herencia
FantasyUna familia se muda a la granja del padre de Álvaro. Todo va bien hasta que la familia se encuentra animales degollados en la puerta de su casa. El hijo de Álvaro llamado Marcos pasa la mayor parte de su tiempo jugando con el espantapájaros. Días má...