Marcando La Diferencia

capítulo 1-2

Toda la semana siguió igual y el rumor de que una chica nueva ingresaba se dejó de escuchar lo demás era igual me fui a la escuela llegué y me senté donde siempre después llegó Luis rodeado de todos sus amigos y se sentó a mi lado en un rato estaba rodeado por los que llamaba amigos. En fin nada diferente. En el receso me fui a comer donde siempre en una pequeña banca alejado de todos, después de comer entré al salón y esperé a que entrara el profesor, entró y el día siguió igual todo ordinario hasta que salí de la escuela.

Saliendo me dirigí hacia un lugar mágico pero no mágico como en los cuentos de hadas, ni algun lugar donde todo fuera felicidad o se trasformaran las cosas, no era la sala con las cortinas blancas y con un sol cálido que entraba por la ventana, no era nada como eso. En un rato llegué a ese sitio, era una pequeña casa de madera que está alejada de todas las demás, con sus paredes de desgastadas, un piso que crujía a cada paso, en una esquina había una pequeña mesa con una silla, me senté, mire al frente y me vi un foto, de una niña que estaba abrazando a su padre, o eso suponía yo, al observarla recordé el día que encontré esta casa fue cuando era un niño de 7 años yo huía de todos, ese día corrí y corrí, llorando y alejándome de todo. No podía encajar en la sociedad. Esa vez me introduje dentro de la pequeña casa y no tenía miedo, a pesar de que era una casa abandonada no temía de nada; recuerdo que me senté en aquella silla y estar ahí me resultaba tan relajante y silencioso, era una habitación bastante oscura sólo entraba un pequeño rayo de luz. Desde ese día, ese lugar me ayudó a superarlo todo, ahí los problemas desaparecían, las horas pasaban tan rápido, me hacía sonreír, era tan mágico.

Después de estar ahí un rato me marché.