Haruka Nanase se encontraba en el pequeño parque cerca de su casa, mirando maravillado todos los arboles de cerezo a su alrededor, algunos pétalos estaban en el suelo, haciendo que todo se viese de un hermoso color rosa, todos los arboles estaban florecidos, bueno, no todos, había un gran tronco casi seco justo a su lado, estaba prácticamente en el medio del parque, había escuchado que pronto iba a ser derribado, ese árbol era el más alto de todos, lo tocó, miró a su alrededor para cuidar que nadie lo estuviese observando, cerró los ojos y el árbol volvía a cobrar vida, nuevamente florecía para él, se mordió ligeramente el labio, su abuela seguro le regañaría por hacer magia en un sitio que siempre estaba atestado de muggles, bueno esta vez estaba vacío, no había nadie a su alrededor o eso pensaba él.
― oh, ¿Cómo hiciste eso? ― Haruka entro en pánico, lo habían pillado, volteo su rostro hacia el desconocido, su cara estoica no mostraba para nada lo acelerado que tenía el corazón ,un niño casi de su misma edad le miraba emocionado, tenía el cabello castaño algo alborotado y los ojos verdes le observaban fascinado.
Haruka desvió la mirada hacia un lado ― ¿Hacer que cosa?
― Lo del árbol de cerezo, lo hiciste florecer ― le dijo en un tono de voz demasiado alto, ― escuche que mañana lo iban a talar, tal vez se lleven una gran sorpresa.
― Ese árbol es mi favorito.
Haruka suspiro se había dejado llevar por un pequeño impulso y lo había visto un muggle practicando magia, si los adultos se enteraban tal vez mandaran a algún desmemorizador.
― Sabes, yo no puedo hacer eso.
― Obvio no, eres un muggle ― le dijo como si fuese la mayor obviedad del mundo, el castaño, trato de no parecer muy ofendido.
― ¿Muggle? ― ¿Qué es eso?
― Una persona que no tiene poderes mágicos.
―No soy un muggle, entonces, yo hago magia, bueno, en realidad hace no mucho, pero no he hecho nada parecido a lo que acabas de hacer ― le dijo mirándole con admiración lo que hizo que inevitablemente Haru se sonrojara y desviara su mirada nuevamente, era raro para el tener contacto con otros niños, el vivía con su abuela, su padre formaba parte del departamento de Cooperación Mágica Internacional, por lo que constantemente estaba de viaje y su madre era del departamento de regulación y control de criaturas mágicas, no los veía mucho, su abuela era la que prácticamente se ocupaba de su crianza.
― Observa ― el castaño, miro a su alrededor no sabiendo en realidad que hacer para que el otro supiese que el también hacia magia, intento probar con los arboles de cerezo, se concentró y logro atraer unos cuantos pétalos hacia ellos o más bien hacia Haruka, la ráfaga de viento los rodeaba a ambos, Haruka le miro a los ojos y el de los ojos verdes le sonrió cálidamente ladeando su cabeza.
...
― ¿Y entonces? ― ¿tus padres son magos? ― le preguntaba Makoto. Sentado en el columpio junto a él
― Si, mi padre, mi madre, mi abuela, todos hacemos magia ― ¿tus padres?
Makoto negó con la cabeza, mis padres no son magos, mi padre es administrador en una empresa y mi madre es ama de casa.
― Ya veo ― fue lo único que contesto Haruka.
― Sabes; un día, jugando rompí una silla de la sala, pensé que mis padres me regañarían así que comencé a llorar, pero la silla se arregló sola ― Makoto rio al acordarse― Me pasaban varias cosas raras, mis padres estaban preocupados y me dijeron que me llevarían a un psicólogo o algo así pero y un día llegaron a mi casa unas personas del ministerio de magia y me contaron a mí y a mis padres lo que yo era, que era un mago, dejaron algunas cartas con información para mis padres, ellos se asustaron bastante pero, creyeron en las palabras de esos extraños.
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MAHOUTOKORO
FanfictionHaruka Nanase y Makoto Tachibana son recibidos en la escuela de magia y hechiceria Mahoutokoro en Japón, una prestigiosa escuela que da mucho prestigio a las habilidades mágicas de sus alumnos, ubicada en la supuestamente inhabitada isla Volcánica...