Capítulo 18

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Tres horas mas tarde, me encontraba sentada sobre la rosada cama de Caroline. Había decidido que, como la mitad de mi guardaropa provenía de todas las tiendas de segunda mano de la cuidad y la otra mitad provenía de mi madre, no tendría absolutamente nada apropiado para vestir en la fiesta a la cual iría con Thomas. Como mi ego era tan grandísimo, no quería verme fuera de lugar. Quería sentirme parte de los demás y no provocar burlas de todos, como era de costumbre. Pero más que nada quería verme bonita para Thomas, aunque él no pudiera verme de todos modos.
Y gracias a que mi mejor amiga tenía bonita ropa a la moda, ir a su casa sería el lugar perfecto para ser asesorada por alguien con experiencia de estos casos.

-¿Estás segura de que no lo decía bromeando?- Preguntó ella en tono serio mientras tendía los millones de cosméticos sobre su alfombra roja. Comenzó a tomar unos pocos y después volvió a tirarlos en el montón, indecisa.

-Estoy más que segura. El día de hoy amaneció de un humor exageradamente bueno.
«Gracias a mi, claro»

-Y de perdido, ¿él se ofreció a llevarte?

-Sabes que él no puede conducir- Respondí en defensa. Aunque realmente no estaba segura, él podía hacer tantas cosas por sí solo, que no me sorprendía si lo viera por la calle conduciendo- Yo iré a su casa y de ahí nos iremos juntos.

-¡No es justo! Te invita a una cita y ¿tú eres quién tiene que pasar por el? Eso es tan inusual, extraño ¿sabes?

-No seas tan feminista y mejor ayúdame a arreglarme, ¿vale?

-Vale, pero oye, recuerda por qué estás siendo tan amable con él ¿si? Entre más rápido termines de trabajar, mejor.
Recordé lo que ella había dicho hace un par de días atrás, de ser amable con Thomas para ayudarlo con su enfermedad y después alejarse cuanto antes con la paga. Antes me parecía una buena idea, pero ahora, no estoy tan segura....

-No lo sé- Confensé. Extendí mis pieras a lo largo de la cama- Él ha cambiado mucho.

-Significa que estás haciendo bien tu trabajo- Contestó Caroline alegre y sarcástica, incorporándose del suelo y sentándose a mi lado.
La miré con una expresión de culpa y amor grabada en los ojos. Ella captó.

-Oh.... ¡Oh, santo cielo! ¡¿Te gusta Thomas?!- Chilló mientras saltaba de la cama y se colocaba frente a mi- Pero no un simple "me gusta". ¡De vedad te gusta, y mucho!

Sentí mi cara calentarse con cada palabra que ella decía. Ahora no podría sacármela de encima nunca.

-No Carloline, yo...

-¡No intentes mentirme, _____ Watson! Te conosco perfectamente bien!- Gritó emocionada. Hundí mi cara en una almohada.

-Enserio, todo es tan confuso. Yo solo estaba....

-Cállate. ¡Esto es grandioso!- Me interrumpió de nuevo mientras se lanzaba hacia a mí con un abrazo de oso y me felicitaba. Después se calmó y se alejó un poco, mirándome petrificada. -Aguarda un momento- Ella no dijo nada por un par de segundos y finalmente habló -¿Qué pasó con Trevor? Yo pensé que aún te gustaba.

-Uh... Bueno, digamos que... Trevor y yo, eh... ¿Nos besamos?- Caroline volvió a chillar, mas emocionada aún.

-¡No puedo creerlo! ¿Besaste a Trevor? ¡Él es tan sexy! ¡Cómo te envidio!

-Ahora cállate tú- Le solté. Ella se carcajeó- No fue tan grandioso como crees. ¿Entiendes? Mejor no hablemos sobre eso.

-No te creo. Estás muy mal de la cabeza su crees que no me dirás nada sobre ese beso. ¡Suelta la sopa!

-¡Ugh!- bufé levemente y comencé a rescarme por detrás de la oreja, como un pequeño perro. Olvídenlo, ignoren ese comentario. -Bien, tú ganas- Le dije resignada. Ella sonrió maliciosamente -Fue el sábado pasado. Cuando fui a la casa de la abuela. Digamos que... Nos quedamos solos en el patio trasero,  y él empezó a hablar sobre cuál diferente era yo de todas las demás y que me quería, blah, blah... Después me besó, ¿Contenta?- Ella me fulminó con la mirada.

-No, no estoy contenta. Y tú tampoco. ¡Vamos! ¡Ese beso lo has estado esperando desde siempre! Y ahora que ocurre, no me das detalles. ¿Podrías se mas específica? Gracias.

-Perdón, es solo que no quiero hablar de eso en estos momentos, ¿vale? Estoy nerviosa -Me miró por unos segundos, pero después asintió levemente- Ahora, ¿Podrías ayudarme? Tengo una cita y no quiero llegar tarde.

Corazón Ciego - Thomas SangsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora