Capítulo único.

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Este One-Shot es un regalo para mi amiga Rosa Kagome :) Ella me dio esta fantástica idea ;D disfrútalo.

— Tienes que calmarte, no puedes andar así por todos lados. –intentó calmarla.

— ¡Es que no puedo! Entiende que desde que leí aquel libro no puedo quedarme tranquila. –explicó la morena.

— ¡Kagome, por Dios! El libro no es real ese tal demonio mitad perro ¡No existe! –era necesario hacerla entrar en razón, pero la morena no dejaba de titiritar de los nervios que sentía.

Ahora se maldecía por haber leído aquel libro "prohibido" pero, eso de ser prohibido le hizo desear más el leerlo; ahora todo cambiaba hacia tres días que sentía que la seguían hasta para ir al baño y eso ya era mucho.

El libro lo había sacado de la biblioteca de la sección prohibida pero en ese instante no le había tomado importancia alguna, sin embargo, creyó que eso era debido a supersticiones de la gente al abrir la pasta del libro había una advertencia que, con suerte, había sido dejada por alguna pobre alma que había creído aquella vil mentira de la que hablaba aquel libro. Aunque al final del libro justo en la contra portada había más advertencias y la que más le llamó la atención estaba escrita en japonés antiguo, en ese instante agradeció a Sango por haberla obligado a estudiar varios idiomas entre ellos la vieja lengua japonesa, ¡cuando se llega al final, él vendrá por ti!,Ahora todas esas advertencias tenían, aunque sea un poco, de sentido.

—Vamos Kagome no puedes caminar por todos así. –intentó de nuevo que entrara en razón, pero fue en vano.

— Sango tu no entiendes, es horrible sentirse perseguido. –explicó la azabache, no dejaba de mirar una y otra vez las copas de los árboles por donde iba caminando sentía que la seguían pero no lograba ver qué o quién.

La castaña suspiró rendida al ver que su amiga no dejaba de lado aquella idea absurda que tenía.

Después de caminar por quince minutos llegaron al lujoso edificio de departamentos pasando por una enorme puerta de cristal giratoria ambas amigas se dirigieron a la recepción a confirmar de su arribo a su departamento y que les entregaran sus respectivas llaves.

— Nos vemos mañana Kagome. –se despidió la castaña para enseguida entrar a su respectivo departamento.

— Hasta mañana Sango. –se despidió y continuó subiendo hasta llegar al penúltimo piso, donde al abrir las puertas se podía apreciar la entrada a su departamento.

Dejando sus cosas sobre la mesa de noche se dirigió a la cocina para tomar agua y después a tomar un baño.

— será mejor que descanse. – se dijo así misma, recostándose en su cama intentó dormir pero le fue imposible, revisaba su reloj cada media hora y giraba sobre su cama de un lado a otro esa sensación de ser observada no se iba.

Creía que estaba dentro de su habitación así que prendió su pequeña linterna que estaba sobre su mesa de noche pero lo único que encontró fue el libro que había sacado de la biblioteca de nuevo en su departamento y sobre su cama ¿Qué estaba pasando? Estaba más que segura de que había devuelto el libro y ahora aparecía en su cama de nuevo.

— Debe de ser una broma pesada de Sango, ya hablare mañana con ella sobre esto. –suspiró poniéndose de pie con el libro en sus manos llevándolo a la sala para evitar olvidarlo.

Intentó dormir una vez más siendo las diez de la noche tenía que dormir era, o se suponía, lo lógico dentro de cuatro horas tenía que levantarse para ir a su escuela y después al trabajo.

¿Por qué no puedo dormir?-pensaba una y otra vez.

De pronto, su ventana fue abierta de la nada escucho un horrible ruido haciendo que se levantara de un salto y gritando. esperó a que pasara algo más pero nada entonces decidió cerrar la ventana pero al acercarse en el árbol de enfrente pudo ver unos ojos rojos observándola automáticamente una corriente eléctrica recorrió su espina dorsal y con el corazón en la boca cerró la ventana seguido de las persianas para después regresar a su cama.

Manera de morir No.99Donde viven las historias. Descúbrelo ahora