CAPITULO II PARTE QUINCE

370 57 3
                                    

—Le pedí que quitara a Ilwoon de ser mi padrino para que se quedara por completo conmigo. Te juro que todo me salió sin planearlo. Mink se ha comportado mas cariñoso y celoso de lo normal. Me dijo que se le estaba haciendo imposible no verme como un hombre al que desea fuera del contrato que nos ata. No supe en que momento mi cabeza decidió decirle a Mink para que me alejara el peso que implicaba servir a dos hombres. Sólo contestó que hablaría con el CEO y que estaría al pendiente de mi, pero Ilwoon se presentó antes para recogerme, ¿Lo recuerdas? Ese día me llevó a su departamento y estando ahí me platico que Mink habló con él con respecto a que dejara de ser mi padrino y que inclusive pagaría la multa por incumplir el contrato...

—Espera, ¿Me estás diciendo que Mink accedió a gestionar el poder quitarte a Ilwoon de encima? O sea que en verdad se enamoró de ti. Woow, no pues, ¿Tan rápido? Pero... —hizo una pausa y cerró los ojos —. Mejor sigue.

Tragué saliva, sentía como si hubiera aspirado arena que mantenía seca mi garganta.

—Me llevó a su departamento y ahí me regaño fuertemente. Me preguntó sobre qué debería hacer, si quedarse callado y obedecer o castigarme como a él tanto le gustaba —me detuve en eso último, me dolió el cuello al recordarlo, me sudaron las manos y la boca se me secó más. Me estaba acercando a recordar  a algo que quería hundir en lo más profundo de mi cerebro —. N, se dio cuenta que yo había tenido algo que ver con que Mink le pidiera dejarme. Se enojó muchísimo, me llevó a rastras a su cuarto donde me aventó a la cama con mucha brusquedad, después me ahorcó hasta desmayarme...

Detuve mi relato, la voz me salía entrecortada. Lágrimas de dolor y coraje comenzaron a nublar mi vista. Me temblaban las manos y el estómago se me revolvió. Recordar el sufrimiento que viví esa vez era suficiente para hacerme callar y llorar amargamente.

N se quedó en silencio pero mantenía nuestras manos unidas a las que acariciaba para tranquilizarme. Solté la derecha para secarme las mejillas húmedas.

—Me violó... lo hizo mientras estaba inconsciente y desearía que hubiera estado así mas tiempo sin darme cuenta de lo que me hacía, pero recobré la conciencia mientras seguía dentro de mi —mis gimoteos me impedían hablar rápido —. Le pedí que parara, pero no le importó y me lastimó más, fue brutal, el dolor era insoportable. Me quede quieto esperando morir en ese momento. Agradezco haberme desmayado de nuevo y ésta vez por más tiempo ya que desperté en la mañana y como era de esperarse, seguía en su cuarto.

Me volví a detener para agarrar aire y tranquilizar mis lágrimas. Estaba temblando por completo.

Los ojos de N me miraban con un sufrimiento parecido al mío.

—Maldito —farfulló.

Respire hondo, el aire no llegaba correctamente a mis pulmones.

—En la mañana que desperté traté de levantarme y salir corriendo de su departamento, pero no pude. Llegó unos minutos después y me ayudó a bañarme y a cambiarme. Se veía diferente, como si algo lo mortificara, se comportó amable y no me lastimó de nuevo. Después fuimos con un médico que me revisó y dijo que sólo eran superficiales las heridas por lo que me dio un ungüento.

La mirada de N era penetrante, como si vigilara que no le estuviera mintiendo.

Continúe.

—Fue demasiado servicial y atento. Me abría y cerraba la puerta e inclusive no fue grosero con sus palabras. Ayudó a que me acomodará cada vez que me sentaba y me trajo temprano a casa.

—La culpa Hong. Se sentía culpable por como fue contigo. El remordimiento carcome el alma y la va evaporando hasta quedar vacíos.

—No, imposible. La primera vez que se aprovechó de mi estando ebrio, al día siguiente fue mas hiriente con sus palabras, él no era una persona que se tentara el corazón por los demás, era egoísta y grosero. Algo pasó que lo hizo tratarme así. Pero ya no importa, ya nada importa. Antes de morir se encargó de marcarme para siempre.

N se arrastró en la cama hasta quedar a mi lado y abrazarme tan fuerte que sentí que ya no era necesario llorar. Mi respiración se reguló al sentir el calor que me proporcionaba y mi cuerpo dejó de temblar.

—La gente mala siempre recibe su castigo.

Sus palabras salieron como en un suspiro.

Acariciaba mi cabello a la vez que me mecía entre sus brazos. Era reconfortante haberle dicho sobre lo que pasó, un pequeño peso que dejó que mi corazón latiera con normalidad.

—No te quedes con las cosas Bin, habla para que pueda ayudarte.

Mantenía apretándome contra él y yo pasé mis brazos alrededor de su cintura para acercarlo más. Nos quedamos así varios minutos escuchando y sintiendo el aire entrar por el balcón.

—Soñé con él, he estado soñando cosas estas semanas. Me parecen advertencias pero ninguna tiene sentido.

Mi cabeza estaba recargada en su pecho permitiéndome ocultarme de su vista.

—Cuéntame qué soñaste con Ilwoon.

Había dejado de llorar y de temblar. Estaba tranquilo y protegido por él.

—Me despertaba a mitad de la noche por el frío que hacía. Me levantaba para prender la calefacción y al voltearme lo veía recostado en mi cama sonriendo. Me quedaba asustado pegándome a la pared, entonces él hablaba y me decía "la noche más oscura llegará y sera incluso mas fría que ésta ". Y desperté.

Levanté la cabeza y me deshice de su agarre. Estaba mudo viéndome.

—Suena como una advertencia.

Mi celular comenzó a vibrar en la mesita de noche donde lo tenía cargándose.

Me fijé en la pantalla y el nombre de Mink marcaba su llamada.

—Te daré privacidad, por favor cuídate mucho, en éstos momentos no podemos confiar en nadie.

Se acercó y me dio un beso en la frente para después salir cerrando la puerta con cuidado.

Desconecté el teléfono y contesté.

—Hola, ¿Cómo estás?

—Estoy abajo en el estacionamiento, aquí te espero.

—Ok, ya bajo.

Tomé mi cartera del escritorio y salí caminando rápido hacia el elevador.

El cacharro bajó rápido y en un minuto ya estaba frente a la camioneta de Mink a quien pude ver afuera hablando con... Leo.

FAMA (VIXX Fanfic Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora