– ¿Y qué harías si te ganaras de pronto la lotería? –Le preguntó Polnareff a Jotaro, luego de haber pasado un rato hablando de temas varios. El hombre moreno entornó sus ojos y tras exhalar aire, dijo:
–Realmente nunca había pensado en eso. No me gustan mucho los juegos de azar en realidad.
–Deberías intentarlo, recuerdo que siempre has tenido mucha suerte. –Intuyó el hombre francés, sonriendo. –Hay personas que cuando se quedan sin nada sobre la mesa de apuestas, apuestan hasta el alma o inclusive a gente.
– ¿Sabes? –Dijo Joseph, levantando una ceja, extrañado. –Algo de lo de apostar almas me suena vagamente familiar...
–A mí también... –Murmuró Polnareff. –Como algo que soñé hace no mucho...
–... ¿podemos seguir con el tema de la lotería? –Pidió Kakyoin, estremeciéndose. –El tema de perder y apostar almas... me da muchos escalofríos...
–Muy bien... ¿entonces, Doctor...? –Insistió el Profesor de Francés, sonriendo como si no hubieran tratado el tema de las apuestas.
–Quizás compraría una casa junto al mar. –Declaró. –En una playa virgen, de preferencia; alejado del bullicio y la ciudad. –Afinó su garganta y preguntó: –Eeh, viejo, ¿tú qué harías si te ganaras la lotería?
– ¡Uy! ¿Qué haría? –Joseph se rascó la cabeza por momentos mientras pensaba, luego afirmó: –Creo que... –Los dedos de su mano artificial tamborilearon un poco y quisieron alcanzar la mano de Caesar. –me iría a vivir con el amor de mi vida a otro lado. Pero a algún lugar perdido en el mapa, no sé, un campo de arroz chino, un pueblito en Francia, la ribera de un río en Sudamérica... una isla desierta... sé que cualquier lugar sería perfecto para los dos.
–Eres TAN cursi. –Susurró Caesar, llevándose una mano a la frente.
–Really? –Preguntó Joseph. – ¿Tú qué harías, Caesar-chan?
– ¡Qué no haría! –Exclamó. –Necesitamos ventanas nuevas y mobiliario nuevo, ampliar el acervo de la biblioteca, una calefacción nueva porque el último invierno la dejó en muy mal estado, pintura, impermeabilizantes, limpieza...
–Creo... que para eso necesitas ganarte la lotería unas tres veces, mínimo... –Le dijo el hombre inglés, con una sonrisa a medias.
–Bueno, ¡soñar no cuesta nada! ¿O sí? –Caesar rió un poco antes de preguntar: – ¿Ustedes, Polnareff, Abdul? ¿Qué harían si se ganaran la lotería?
–Oh bueno... –Comenzó el Profesor Muhammed, antes de que Polnareff interrumpiera con:
–HARÍA UN PARQUE DE DIVERSIONES.
– ¿¡QUÉ?! –Preguntaron todos en coro. Polnareff sonrió en sus fantasías pueriles.
–Pues... es lo que siempre he querido. Y lo haría, la verdad.
–Yo iría y llevaría agua a algún lugar donde la necesiten. –Respondió Abdul. –El agua es un bien muy codiciado allá de donde vengo. –Puntualizó. –Espero que el Profesor Kakyoin haya pensado muy bien qué haría si se ganara la lotería, porque él sigue de responder.
–Caray... –El joven pelirrojo jugó un poco con su flequillo antes de poder formular una respuesta. –Pienso... que como realmente no he salido del país, me iría a conocer el mundo: en avión, en autobús, de mochilero... ¡Cómo fuera!
–Wanderlust. –Dijo el hombre inglés, con toda seriedad.
–À vos souhaits. –Murmuró Polnareff fingiendo naturalidad.
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Sweet dreams (are made of this) -Jojo's bizarre adventure-
Fanfiction¿Serán los sueños manifestaciones de deseos reprimidos o ecos de vidas anteriores? Cada noche, Kakyoin Noriaki tiene pesadillas tan reales como para hacerle creer que alguna vez vivió lo soñado; al despertar, el tedio y la rutina le hacen pensar qu...